domingo, 10 de mayo de 2015

51. Dedal LA TOJA // LA TOJA´s Thimble

Dedal de porcelana de La Toja
En esta nueva entrada, me gustaría mostraros este gracioso dedal de porcelana de la Isla de la Toja, que conseguí en unas casetas de madera que había en la Isla, en el mes de Abril del año 2014, cuando realizamos un viaje de Semana Santa hasta estas tierras tan bonitas.

La Isla de La Toja, de La Toja Grande, de Loujo o de Los Baños de Loujo (en gallego Illa da Toxa, Illa da Toxa Grande o Illa de Louxo) es una isla perteneciente a la provincia de Pontevedra, y situada al levante de la villa de El Grove, de la que está unida por un puente decimonónico. Posee un núcleo de población oficialmente llamado Illa da Toxa, perteneciente a la parroquia de San Martín, que contaba con 47 habitantes empadronados en 2011. Tiene una superficie de 110 hectáreas.

La isla recibe tradicionalmente las denominaciones nativas gallegas de illa de Louxo o illa da Toxa Grande; este último topónimo cuajó para diferenciar el nombre de esta isla del de la Isla de La Toja Pequeña (illa da Toxa Pequena), la cual se sitúa a unos cien metros a naciente de la Toja Grande. Solo muy recientemente se comenzó a utilizar la forma A Toxa sin el modificador Grande. Sin embargo, illa de Louxo es la denominación que se ve más tempranamente en la documentación antigua, y la única usada hasta hace poco por los nativos de la villa de El Grove.

El topónimo Toxa se viene explicando como un hidrónimo prerromano derivado de la base indoeuropea *Tŭg-, concretamente de una forma *Tŭgia ‘lugar fangoso’, en referencia a los lodos terapéuticos de las fuentes termales que caracterizan a la isla de La Toja. Semejante referencia esconde la etimología de Louxo, el otro nombre de la isla, que ya desde mediados del siglo XX se deriva de Lausio, de la raíz indoeuropea *leu-, *lau- ‘lavar, lavarse’, referido a sus viejísimas fuentes termales balnearias.

Durante siglos fue utilizada por los vecinos de El Grove como lugar de pastoreo de su ganado (al que transportaban en barcas) y también para sus tareas agrícolas. Pero a raíz del redescubrimiento en el siglo XIX de sus fangos termales (de donde toma el nombre A Toxa) y aguas medicinales (de donde toma el nombre Louxo) pasó a ser de propiedad privada para explotar sus bienes termales, construyéndose el antiguo balneario que trajo consigo un aumento espectacular del turismo y el nacimiento de otras dotaciones.

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