domingo, 9 de agosto de 2015

89. Dedal MADRID // MADRID´s Thimble

Dedal Puerta de Alcalá. Madrid.
En la entrada de hoy, volvemos a repetir destino, ya que como ya os conté en otras entradas anteriores, de la ciudad de Madrid, es de la que más dedales tengo. Anteriormente, ya os mostré otro dedal parecido a este, era el mismo modelo de dedal, sólo que se trataba de un dedal de la Fuente Cibeles. El dedal que os muestro hoy, es un dedal de cerámica en el que vemos representada la Puerta de Alcalá. Este dedal lo conseguí en una de las numerosas tiendas que hay cerca de la Puerta del Sol.

La Puerta de Alcalá es una de las cinco antiguas puertas reales que daban acceso a la ciudad de Madrid. Se encuentra situada en el centro de la rotonda de la Plaza de la Independencia, diseñada por el urbanista Ángel Fernández de los Ríos en el año 1778. En el cruce de las calles de Alcalá, Alfonso XII, Serrano y Salustiano Olózaga, junto a las puertas del Retiro: Puerta de España, Puerta de la Independencia (entrada principal a los jardines del Retiro) y Puerta de Hernani.
La puerta daba acceso a aquellos viajeros que entraban antiguamente a la población desde Francia, Aragón o Cataluña. En la actualidad es una puerta monumental que se encuentra ubicada junto a la Fuente de Cibeles y el Parque del Retiro. Fue construida por mandato de Carlos III en sustitución de otra puerta anterior que existía ya desde el siglo XVI. El diseño y obra pertenece al arquitecto italiano Francesco Sabatini. Compitieron con Sabatini otros proyectos por parte de arquitectos españoles: Ventura Rodríguez y de José de Hermosilla, siendo finalmente elegido personalmente por el Rey el diseño de Sabatini.

Se trata de una puerta de estilo neoclásico y aspecto monumental similar a los Arcos de Triunfos romanos, se erigió mirando su exterior a oriente en el año 1778. La puerta ha sido posteriormente restaurada en cinco ocasiones en más de dos siglos de existencia, siendo la última a finales del siglo XX. La originalidad de su fábrica consiste en ser el primer arco de triunfo construido en Europa tras la caída del Imperio romano, siendo precursor de otros como el Arco de Triunfo de París y la Puerta de Brandeburgo en Berlín.

Ha sufrido desde sus comienzos diversas transformaciones urbanísticas en su entorno. Pasando de ser la frontera exterior de Madrid, a un centro turístico de obligado paso que aparece insertada casi en el medio de la misma ciudad. Este cambio se ha debido al ensanche del siglo XIX a lo largo del barrio de Serrano y la prolongación de la calle de Alcalá. Finalmente es desde 1976 considerado por el Estado Español como un Monumento Histórico-Artístico, extendiendo su categoría a la misma Plaza de la Independencia.

La puerta ya desde su ubicación final fue adquiriendo desde finales del siglo XVIII relevancia en el pueblo madrileño, y a finales del siglo XIX era ya uno de sus iconos más característicos que aparece en numerosas ilustraciones de la ciudad. Al ser uno de los monumentos más representativos, en su doble condición de mirada hacia el interior de la ciudad y al exterior de la misma. La Puerta de Alcalá ha servido como soporte para todo tipo de manifestaciones políticas y artísticas y en sus inmediaciones se han producido numerosos hechos históricos.

La Puerta fue construida mediante el empleo de dos tipos de piedra: sillería de piedra berroqueña para los elementos de sujeción estructural. La procedencia de las piedras graníticas es de las canteras de la zona de Colmenar Viejo, Alpedrete y Hoyo de Manzanares. Los elementos decorativos y ornamentales se desarrollaron en piedra blanca procedente de las canteras de Colmenar de Oreja: angelotes, escudos, armas, yelmos. Concretamente de calizas fosilíferas de characeas de cabonato cálcico de pureza al 99%. Estos dos elementos constructivos son muy habituales en la arquitectura madrileña de la época de finales del siglo XVIII. Por otra parte la cubierta de los frontones consiste en planchas de plomo. La fachada exterior mira al este, mientras que la interior lo hace al oeste. En el intradós del primer arco la Dirección General del Instituto Geográfico ha colocado una placa indicando que la altura sobre el nivel medio del mediterráneo en Alicante es de 658.6 metros.

La Puerta de Alcalá desarrolla su arquitectura en tres cuerpos, los dos laterales a inferior altura que el central. Entre sus tres cuerpos se reparten cinco vanos en total: tres con arco de medio punto, con claves acabados en sus dovelas con mascarones con formas de cabezas de león (lado oeste o interior) y sátiros (lado este o exterior), y dos laterales con arcos adintelados decorados sobre ellos con sendos pares de tarjetones con relieves de cornucopias cruzadas (lado oeste o interior) y motivos florales en forma de guirnaldas (lado este o exterior). Estos vanos centrales ya disponían, a los pocos años de su construcción, de rejas que se cerraban al tráfico todos los días al atardecer. En la actualidad pueden observarse los bujes sobre los que se soportaba y giraba este enrejado. Los otros vanos exteriores están destinados al paso de peatones. En planta el cuerpo central sobresale del de los costados.

La fachada exterior, aquella que mira hacia el este, presenta diez columnas de granito de Segovia adosadas. Todas ellas lisas y sin estrías. En la interior, la que mira hacia la ciudad, se sustituyen las seis exteriores por pilastras y sólo dos pares junto al arco central siguen siendo columnas. Todas ellas se apoyan sobre un zócalo. Los capiteles son de orden jónico y sobre ellos se apoya una cornisa. Son del mismo diseño que hizo Miguel Ángel para la fábrica del Capitolio en Roma. Se hicieron traer los modelos en la época para adaptarlos al diseño de la Puerta.

Los artistas principales de las decoraciones son dos: el escultor español Francisco Gutiérrez (escudos y angelotes del exterior) y el francés Roberto Michel (leones, cornetas y demás decoraciones del interior). Michel estuvo afincado en Madrid al servicio de los Borbones durante cerca de cuarenta años y su apogeo coincide con el reinado carolino. Gutiérrez y Sabatini posiblemente fueran amigos desde su estancia anterior en Roma. Se trata de los dos escultores que trabajaron anteriormente en la Fuente de la Cibeles. Es quizás esta la razón por la que se elige a estos dos escultores en detrimento de Felipe de Castro que era el principal escultor de la Villa en ese momento. Se sabe que la ornamentación comenzó a realizarse en los talleres de los respectivos talladores en el año 1773 y que en marzo de 1778, a pesar de haber acabado su labor, la mayoría de las piezas ornamentales se encontraban sin asentar en la cornisa de la Puerta.

Cabe destacar que algunos estudiosos de la Puerta de Alcalá mencionan que, al contrario que lo que es costumbre en los Arcos de Triunfo romanos, tal y como Chueca Goitia menciona, cabe destacar la ausencia del busto del rey Carlos III. Tampoco aparece mención explícita de algún hecho destacable de su reinado. Bien sea por inscripción latina o relieve grabado sobre la piedra granítica de la Puerta.

Sobre el vano central, en los áticos de ambas fachadas, figura en el frontón una inscripción en latín con el lema en tres líneas:
REGE CAROLO III
ANNO
MDCCLXXVIII
Sobre la inscripción exterior figura un escudo de armas real sostenido por la Fama (representada sin su característica trompeta) y el Genio en forma de niño. La trompeta era un atributo muy común en la fama, instrumento con el que se anuncia la manificiencia del Rey. Se desconoce si la trompeta de la Fama estaba en los diseños iniciales, o si simplemente se quitó posteriormente. El escudo era visible, por lo tanto a aquellos que entraban en la ciudad. El conjunto posee una similaridad con el conjunto escultórico que corona el sepulcro de Fernando VI en las Salesas Reales de Madrid. Se representan en el otro lado trofeos de guerra, pudiéndose observar armas antiguas entremezcladas con modernas.

A pie de calle se puede observar penachos de cascos o morriones, las banderolas y estandartes desordenados que se suponen corresponden a un enemigo ya vencido. Estas representaciones alegóricas vienen a indicar el poder absoluto del rey entrante: Carlos III.

En la fachada interior, sobre los arcos laterales, figuran las cuatro virtudes cardinales representadas en cuerpos de niños: Prudencia, Justicia, Templanza y Fortaleza. Se creyó durante algún tiempo que las figuras correspondían a amorcillos, debido en parte a que estas Virtudes Cardinales se habían representado anteriormente con figuras femeninas (tal y como puede verse en el cuadro de Las Virtudes de Rafael). Los niños habían sido empleados habitualmente como elementos decorativos del barroco. Estas representaciones alegóricas hacen referencia a las virtudes destacables en Carlos III. Todos estos motivos ornamentales fueron tallados en piedra caliza de Colmenar, como las cornucopias, por el abulense Francisco Gutiérrez Arribas y su estilo más barroco contrasta con el estilo neoclásico de la puerta.

La Puerta de Alcalá muestra decoraciones en sus dos lados ligeramente diferentes, dependiendo de si el lado observado es el interior, o el exterior. El lado exterior mira al este y es considerado como tal debido a que era el lado que veía un viajante que accede a la ciudad, por el contrario la cara oeste es la que ve una persona que abandona la ciudad. El lado oeste es considerado como el interior. Carlos III quiso edificar la Puerta como un símbolo conmemorativo de su primera entrada en Madrid, a la vez que conseguía el embellecimiento de la ciudad por una de sus entradas principales. Los elementos decorativos del exterior fueron realizados por Francisco Gutiérrez, mientras que los del interior por Roberto Michel.

En los claves de los tres arcos de medio punto que miran al este se pueden observar unos mascarones en forma de cabeza de sátiros. Se consideraban antiguamente espíritus de los bosques en la Antigua Grecia. Cuando se representaban junto a motivos decorativos florales o frutales eran considerados como símbolo de fertilidad. Cabe pensar que un viajante de aquella época veía este lado al venir del campo, y es probable que se quisiera indicar la fertilidad de un nuevo rey. En los mascarones del lado interior se puede observar en las claves de los arcos unas cabezas de leones. Las cabezas vienen a indicar la soberanidad, la vigilancia constante y el mantenimiento de la paz.

Los tarjetones (de 3.34 metros por 1.67 de altura) ubicados en las partes superiores de los arcos adintelados puede observarse en el lado exterior unos motivos florales que refuerzan la idea de fertilidad ya descrita por las cabezas de sátiros. Este tipo de decoración era muy habitual en el barroco. En el lado interior se muestran las cornucopias como símbolo de abundancia.

La cara oeste de la Puerta es la primera que veían los que se adentraban en la ciudad, es por esta razón por la que Sabatini colocó un escudo real coronando el frontón de la Puerta. El escudo es sostenido por la Fama y ayudado por un niño. En el interior se puede ver un conjunto de armas diversas y escudos abandonados que aparentemente parecen torsos de guerreros recostados. El conjunto viene a indicar alegóricamente el esfuerzo pacificador del rey. La fachada interior que da a la ciudad es más sencilla y sobria que la exterior. Las columnas se transforman en pilastras.

Los niños que coronan la Puerta de Alcalá representan alegóricamente las cuatro virtudes cardinales. Fueron tallados por Francisco Gutiérrez. Algunos autores los denominan “ángeles de la paz”. Lo original de esta propuesta de Sabatini es que hasta entonces las virtudes se representaban con figuras femeninas adultas. No obstante, los niños (Puttos) habían sido empleados habitualmente como elementos decorativos del Barroco. En algunos casos los niños han perdido los atributos característicos para permitir distinguir con facilidad su origen.

En la representación de la Prudencia aparece el niño sujetando un espejo con su mano izquierda.

Anteriormente el pintor italiano Rafael en 1511, en su representación de las Virtudes Cardinales, representa a la Prudencia en el centro del cuadro mirándose en un espejo, curiosamente soportado por un cupido. Los atributos que aparecen este cuadro, y sus cupidos parecen inspirar a Sabatini en el diseño de las cuatro virtudes de la Puerta de Alcalá. La Justicia se representa de tal forma que en la mano izquierda pende una balanza, mientras que en la derecha se yergue una espada desenvainada. El atributo de la balanza quizás haya desaparecido. La Fortaleza se suele representar alegóricamente con una columna, en este caso con sus armas correspondientes. Esta figura fue decapitada a comienzos del siglo XIX y se restauró en 1831. La Templanza es representada con un vaso en la mano, pero en este caso el niño lleva un estribo en su regazo. Algunos autores mencionan que es una lira.

Existen unas armaduras vacías ubicadas en el lado oeste obra del escultor francés Roberto Michel. Ramón Gómez de la Serna los define como armaduras vacías sin guerrero, colocadas en las perchas de la altura. Las armaduras parecen abandonadas, en forma de trofeos, en algunos casos erguidas debido a la presencia de un tronco. Todas ellas son alegoría de la exaltación de la paz. Algunos de los penachos y armaduras inspirarán posteriormente a los diseñadores de la Puerta de Toledo.

(13/02/2015)

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