sábado, 4 de abril de 2015

31. Dedal MADRID // MADRID´s Thimble

Dedal escudo Madrid.
En esta nueva entrada os muestro un nuevo dedal de Madrid, solamente que esta vez el dedal sobre el que va la entrada no es otro que el escudo de la ciudad. Es un dedal de porcelana.

El dedal con el escudo de la ciudad de Madrid lo conseguí hace muy poquito, en una tienda situada en el número 6 de la Plaza Mayor de Madrid, entre las entradas a la Plaza Mayor por Arco Cuchilleros y por la Calle de Toledo, frente a la entrada por la Calle 7 de Julio, cuyo nombre es Gritos de Madrid, tienda de la que ya os he hablado en otras entradas pero de la cual no os había contado gran cosa. Pues bien, Gritos de Madrid es una tienda dedicada al comercio de regalos y para turismo desde 1985 y con una experiencia en la Heráldica y confección de escudos de apellido de más de cuarenta años, también son especialistas en coleccionismo de dedales de todo tipo de materiales y de cualquier parte del mundo. (www.gritosdemadrid.es)

El escudo de Madrid tiene su origen en la Edad Media, aunque adquirió su actual disposición en 1967. En 2004 se tomó la decisión de crear un logotipo a partir del escudo que es el que actualmente se usa como símbolo de la ciudad en todo lo producido por su Ayuntamiento.
Heráldica
“De plata, una osa, de sable apoyada en un madroño de sinople o natural frutado de gules. Bordura de azur cargada de siete estrellas de plata. Al timbre, corona real abierta”.
Las estrellas y la osa del escudo de Madrid tienen su origen en las siete estrellas de la constelación de la Osa Mayor. Dos son, en efecto, las fuentes tradicionales y ambas relacionadas con la Osa Menor en cuanto que tal y en su otra denominación de “Carro”. De acuerdo todo ello con lo que desde el siglo XVI nos viene contando Juan López de Hoyos, el ilustre preceptor de Cervantes, en su “Declaración de las Armas de Madrid“:
“Tienen las armas de por orla siete estrellas en campo azul, por las que vemos junto al Norte, que llamamos en griego Bootes, y en nuestro castellano, por atajar cosas y fábulas, llaman el Carro, las cuales andan junto a la Ursa, y por ser las armas de Madrid osa, tomó las mismas estrellas que junto a la Ursa, como hemos dicho, andan, por razón de que como en tiempo de don Alfonso VI viniendo a ganar este reino de Toledo, el primer pueblo que ganaron fue Madrid, y para denotar que así como aquellas siete estrellas que andan alrededor del Norte son indicio de la revolución y del gobierno de las orbes celestiales, así Madrid como alcázar y casa real y primeramente ganado, había de ser pueblo de donde los hombres conociesen el gobierno que por la asistencia de los reyes y señores de estos reinos de Madrid había de salir, y también porque este nombre Carpetano, como abajo declaramos, quiere decir Carro, por eso tomó las siete estrellas que en el cielo llamamos Carro”
Las crónicas hablan de que en el año 1211, el rey Alfonso VIII de Castilla preparó en Madrid una expedición contra la taifa de Murcia. Las huestes del Concejo madrileño ostentaban como enseña el oso prieto en campo de plata. Al año siguiente, en 1212, tuvo lugar la batalla de Las Navas de Tolosa. El Concejo de Madrid llevó la vanguardia a las órdenes de Diego López II de Haro, señor de Vizcaya. También en esta ocasión ondeó al viento igual enseña. Y lo mismo sucedió años más tarde, en 1217, cuando el rey Fernando III el Santo tomó Sevilla. En todos los casos el oso era una figura pasante.

Francisco de Batzán Vergara asegura en alguna crónica que la estrella Polar era la que estaba en la dirección de su rabo. Los genealogistas han querido ver en estas estrellas y en el oso la alusión a la constelación de Boötes tan íntimamente ligada al mito de las dos Osas o del Carro. Se basan para ello en decir que Madrid estaba en lo que se llama Carpetania y que Carpetum en latín quiere decir carro. Lo cierto es que durante bastante tiempo el escudo de Madrid fue éste: un oso pintado sobre azur, con siete estrellas sobre su lomo y paciendo sobre pasto verde. Aunque el hecho de tener las estrellas en el lomo de una un oso indica más bien una referencia a las Osa Mayor o Menor. La primera se refiere al carro, y la segunda podría ser un indicativo de la gran calidad del cielo de Madrid, ya que esta constelación es muy difícil de ver. Este segundo caso encaja con la fama que tuvo Madrid en astronomía por el nacimiento de Maslama al-Mayriti.

En 1202 habían surgido desavenencias entre el concejo y la clerecía por el disfrute del monte y tierras de pasto de ciertos montes en los alrededores de Madrid. El pleito duró veinte años. Llegaron por fin a un acuerdo en 1222 y la concordia se estableció en los siguientes términos:
  • Se daría a la Villa de Madrid todos los pies de árbol y la caza.
  • Se daría al Cabildo eclesiástico todos los pastos.
Para que el acuerdo quedara bien sellado y para memoria de todos se acordó que el escudo de la villa llevaría el oso con el añadido de un árbol, y el escudo del cabildo llevaría el mismo animal paciendo en unos pastos. Se modeló de nuevo el escudo al que se le añadió además del árbol una orla azul y sobre ella las siete estrellas de ocho puntas (tres a los lados y una abajo) que antes estaban sobre el lomo del animal. El oso, empinado al tronco, para indicar la posesión de pie de árbol.

No se sabe con certeza en qué momento se empezó a asegurar que el árbol del escudo era un madroño. Ha sido una tradición muy tenaz y muy firme. Para apoyar esta tradición, el Ayuntamiento de Madrid viene sembrando desde hace algún tiempo, en el Retiro y otros jardines el madroño (Arbutus unedo). Pero se ha demostrado que en esta zona de Madrid no hubo madroños, al menos no los hubo en abundancia y como bosque. En cambio dicen los científicos que sí hubo profusión de un árbol llamado almez o lodón, que era una especie autóctona del lugar. Este árbol tiene también unos frutos rojos de pequeño tamaño. Otros historiadores dicen que el rey de armas que pintó el escudo no se detuvo a reproducir tal o cual especie sino que pintó un árbol pequeño con frutos rojos para que se distinguieran bien.

En 1554, el rey Carlos I distinguió a la ciudad de Madrid con los títulos de coronada e imperial, otorgándole la corona real en el escudo. Dicha corona se dibujó sobre la copa del árbol y así estuvo durante bastantes años. En el siglo XVII, el cronista de la villa de Madrid, Juan López de Hoyos, cuenta que la corona se cambió a la cima del blasón.

En 1859 se estableció el primer escudo de la villa desde la constitución de los ayuntamientos constitucionales. Se componía de dos cuarteles y manteladura. En el cuartel la derecha, sobre campo azur, se encontraba la figura de un grifo de oro. En el de la izquierda, sobre campo de plata, un madroño sinople con frutos de gules y un oso empinado a él, lenguado de gules. El terrazado era sinople también. En la bordadura del cuartel de azur, se encontraban siete estrellas de oro de cinco puntas. En la manteladura, sobre campo de oro, se encontraba una corona cívica, concedida a la villa de Madrid por las Cortes Españolas en un decreto promulgado el 27 de diciembre de 1822, durante el trienio liberal. La corona cívica estaba formada por un trenzado en guirnalda de hojas de roble y una banda carmesí.

En 1967, en el pleno del 28 de abril, el Ayuntamiento dispuso un nuevo escudo que decía así:
En campo de plata, un madroño de sinople (verde), terrasado de lo mismo, frutado de gules (rojo), y acostado de un oso empinante de sable (negro) y bordura de azur, cargada de siete estrellas de plata; al timbre, corona real antigua.
La corona se hizo más grande y las estrellas se distribuían de manera que la séptima se encontraba arriba en lugar de abajo.

La evolución del escudo y emblemas de la ciudad de Madrid puede verse en las placas que se encuentran en las esquinas de los edificios y que además de llevar el nombre de la calle, llevan el escudo de la época de la placa. (Wikipedia)

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