miércoles, 30 de septiembre de 2015

133. Dedal MADRID // MADRID´s Thimble

Dedal dibujos Madrid.
En esta entrada quiero enseñaros otro de los nuevos dedales que tengo desde hace un tiempo. Este dedal en concreto es de una serie de dedales que ya tengo alguno que otro en mi colección, ya que son unos dedales muy bonitos de la casa M&L. Pues bien, el dedal que os enseño en esta entrada, es un dedal de porcelana de la ciudad de Madrid. La tienda en donde fue comprado no puedo decírosla con exactitud, porque no lo fui a buscar yo, ya que lo compré indirectamente, pero si os puedo decir que fue en una de las tiendas de la Calle Gran Vía. Hace un tiempo, os enseñaba un dedal parecido a este, de la misma ciudad y os decía que aún me quedaba otro dedal que esperaba poder conseguir, y al fin aquí lo tengo. Como podéis ver en este dedal, aparecen representados dos monumentos y un edificio emblemáticos de la ciudad, como son la Fuente de Cibeles, la Puerta de Alcalá y el Estadio Santiago Bernabéu.

Ahora os voy a recordar alguna información sobre estos tres nombres emblemáticos, aunque sea repetir lo que ya he escrito en otras entradas de mi blog:
  1. Estadio Santiago Bernabéu. El Estadio Santiago Bernabéu es un recinto deportivo propiedad del Real Madrid Club de Fútbol, situado en pleno Paseo de la Castellana, en el distrito de Chamartín de Madrid. Se inauguró el 14 de diciembre de 1947 y su aforo actualmente es de 81.044 espectadores. En 2007 el estadio fue catalogado por la UEFA con la máxima distinción, “estadio élite”.
  2. La Puerta de Alcalá. La Puerta de Alcalá es una de las cinco antiguas puertas reales que daban acceso a la ciudad de Madrid. Se encuentra situada en el centro de la rotonda de la Plaza de la Independencia, diseñada por el urbanista Ángel Fernández de los Ríos en el año 1877. En el cruce de las calles de Alcalá, Alfonso XII, Serrano y Salustiano Olózaga, junto a las puertas del Retiro: Puerta de España, Puerta de la Independencia (entrada principal a los jardines del Retiro) y Puerta de Hernani. La puerta daba acceso a aquellos viajeros que entraban antiguamente a la población desde Francia, Aragón o Cataluña. En la actualidad es una puerta monumental que se encuentra ubicada junto a la Fuente de Cibeles y el Parque del Retiro. Fue construida por mandato de Carlos III en sustitución de otra puerta anterior que existía ya desde el siglo XVI. El diseño y obra pertenece al arquitecto italiano Francesco Sabatini. Compitieron con Sabatini otros proyectos por parte de arquitectos españoles: Ventura Rodríguez y de José de Hermosilla, siendo finalmente elegido personalmente por el Rey el diseño de Sabatini. Se trata de una puerta de estilo neoclásico y aspecto monumental similar a los Arcos de Triunfos romanos, se erigió mirando su exterior a oriente en el año 1778. La puerta ha sido posteriormente restaurada en cinco ocasiones en más de dos siglos de existencia, siendo la última a finales del siglo XX. La originalidad de su fábrica consiste en ser el primer arco de triunfo construido en Europa tras la caída del Imperio romano, siendo precursor de otros como el Arco de Triunfo de París y la Puerta de Brandeburgo en Berlín. Ha sufrido desde sus comienzos diversas transformaciones urbanísticas en su entorno. Pasando de ser la frontera exterior de Madrid, a un centro turístico de obligado paso que aparece insertada casi en el medio de la misma ciudad. Este cambio se ha debido al ensanche del siglo XIX a lo largo del barrio de Serrano y la prolongación de la calle de Alcalá. Finalmente es desde 1976 considerado por el Estado Español como un Monumento Histórico-Artístico, extendiendo su categoría a la misma Plaza de la Independencia. La puerta ya desde su ubicación final fue adquiriendo desde finales del siglo XVIII relevancia en el pueblo madrileño, y a finales del siglo XIX era ya uno de sus iconos más característicos que aparece en numerosas ilustraciones de la ciudad. Al ser uno de los monumentos más representativos, en su doble condición de mirada hacia el interior de la ciudad y al exterior de la misma. La Puerta de Alcalá ha servido como soporte para todo tipo de manifestaciones políticas y artísticas y en sus inmediaciones se han producido numerosos hechos históricos.
  3. La Fuente de Cibeles. La fuente de Cibeles (más conocida por el pueblo madrileño sencillamente como La Cibeles) se encuentra en la ciudad española de Madrid, en la plaza del mismo nombre. Se instaló en 1782 en el Salón del Prado, junto al Palacio de Buenavista, de cara a la fuente de Neptuno (actualmente en el centro de la plaza de Cánovas del Castillo, en el Paseo del Prado junto al Palacio de Villahermosa, actual Museo Thyssen-Bornemisza, y al Hotel Palace). Incluye a la diosa Cibeles, símbolo de la Tierra, la agricultura y la fecundidad, sobre un carro tirado por leones. La actual plaza se llamó al principio Plaza de Madrid y en el año 1900 tomó el nombre plaza de Castelar. En la actualidad está delimitada por los grandes edificios del Palacio de Buenavista (Cuartel General del Ejército), Palacio de Linares (Casa de América), Palacio de Comunicaciones (antes sede de Correos y actualmente de la Alcaldía de Madrid) y Banco de España. Lo curioso es que cada uno de estos monumentos pertenece a un barrio distinto de Madrid. Los encargados de su realización fueron Francisco Gutiérrez (figura de la diosa y el carro), Roberto Michel (los leones) y el adornista Miguel Ximénez, de acuerdo con el diseño de Ventura Rodríguez. La diosa y los leones fueron esculpidos en mármol cárdeno del pueblo de Montesclaros (Toledo), y el resto en piedra de Redueña, localidad enclavada a 53 km al norte de Madrid, cerca de la sierra de La Cabrera. El estar enclavada en un lugar tan céntrico, su ajetreada historia, e incluso tradiciones recientes como lugar de celebraciones deportivas de los triunfos del Real Madrid en todas las competiciones han contribuido a que sea uno de los más conocidos símbolos de Madrid a nivel mundial.
Comentaros también algo sobre el metro de la ciudad, ya que en la parte del dedal que aparece la Puerta de Alcalá, vemos representado el logo que nos podemos encontrar en las bocas de metro, no con la palabra Madrid, pero si con la palabra Metro. La red de Metro o de ferrocarril metropolitano de Madrid fue inaugurada el 17 de octubre de 1919 por el rey Alfonso XIII, constando aquella Línea 1 del trayecto entre las estaciones actuales de Cuatro Caminos y Sol, ambas inclusive, aunque entonces había una estación más en su recorrido (actualmente la estación-museo de Chamberí).

La red cuenta con 238 estaciones, de las que 200 son sencillas, en 27 trasbordan dos líneas, en 10 tienen parada tres líneas y la estación de Avenida de América que sirve de transbordo a cuatro líneas. En tres de esas estaciones (Tres Olivos, Estadio Olímpico y Puerta de Arganda), se hace cambio de tren dentro de una misma línea, y en 21 paradas hay correspondencia con la red de Cercanías Madrid de Renfe. Si se tienen en cuenta las líneas que pasan por cada estación la cifra de estaciones en total asciende a 300 estaciones en línea.

La red de Metro de Madrid la componen 12 líneas convencionales con 287 estaciones, el ramal que une Ópera y Príncipe Pío y las tres líneas existentes de metro ligero que suman un total de 27,78 km y cuentan con 38 estaciones, de las que Metro de Madrid opera las 9 paradas de la línea ML1 de 5,4 km; la longitud total de la red es de 293 kilómetros.

Es la segunda red de metro de la Unión Europea por kilómetros (sin contar el Metro Ligero), después de la de Londres, y la octava del mundo, después de las redes de metro de Shanghái, Pekín, Londres, Nueva York, Seúl, Moscú y Tokio. Fue además una de las que más rápidamente se expandió entre 1995 y 2007. Durante 2014 se contabilizaron 560,85 millones de desplazamientos.

Actualmente, la red se ha extendido más allá de la ciudad de Madrid para prestar servicio a varios municipios de su área metropolitana. Estos son: Alcobendas, San Sebastián de los Reyes, Coslada, San Fernando de Henares, Rivas-Vaciamadrid, Arganda del Rey, Alcorcón, Leganés, Getafe, Móstoles, Fuenlabrada, Pozuelo de Alarcón y Boadilla del Monte (los dos últimos están conectados por líneas de metro ligero).

(Fecha de adquisición: 13/06/2015)

martes, 29 de septiembre de 2015

132. Dedal GRAN CANARIA // GRAN CANARIA´s Thimble

Dedal de la forma de la isla de Gran Canaria.
Una vez más, os traigo un nuevo dedal de la isla de Gran Canaria, el último de los que me quedan de los que me han regalado. Este dedal una vez más se lo debo a Yiyo. En la entrada anterior, os comenté que todavía me quedaba otro dedal que me había regalado dos, pues bien, aquí lo tenéis, el dedal con la forma de la isla que tanta ilusión me hacía. Ahora vamos a recordar alguna información sobre esta isla, y nos vamos a centrar en el medio físico y el clima de la isla.

Gran Canaria es una isla situada en el océano Atlántico, perteneciente a la Comunidad Autónoma de Canarias. Junto con las islas de Lanzarote y Fuerteventura forma la provincia de Las Palmas, integrada además por los islotes de La Graciosa, Alegranza, Montaña Clara, Roque del Este, Roque del Oeste e Isla de Lobos.

La población de la isla en 2011 era de 850.391 habitantes, tratándose de la isla más densamente poblada de Canarias. La capital de la isla, Las Palmas de Gran Canaria, es la ciudad más poblada de Canarias, también es capital de la provincia oriental (Las Palmas) y de la Comunidad Autónoma de Canarias, conjuntamente con Santa Cruz de Tenerife. La ciudad, fundada en 1478, fue considerada la única capital (de facto) de Canarias hasta el siglo XVII. Los núcleos poblacionales colindantes a la capital conforman una área metropolitana de unos de 680.000 habitantes, primera de Canarias y novena de España. La ciudad cuenta con uno de los puertos más importantes de España y de Europa, el Puerto de la Luz y de Las Palmas.

La isla es uno de los destinos turísticos más importantes de España, con unos 3,3 millones de turistas en el 2011. En 2012 en el núcleo turístico de Maspalomas se celebró por primera vez en España el Día Mundial del Turismo. El Carnaval de Las Palmas de Gran Canaria, declarado Fiesta de Interés Turístico de Canarias, es uno de los eventos más importantes de la isla y goza de una importante proyección nacional e internacional. Desde 2005, un extenso sector de la isla y su orla marina adyacente, donde su parte terrestre abarca el 46% (69.000 hectáreas) del territorio insular en su mitad occidental fue declarado Reserva de la Biosfera por la UNESCO.

Asimismo, Gran Canaria tiene un importante patrimonio histórico, cultural y artístico, entre los que destacan el Museo Casa de Colón, el museo más visitado de Canarias, que rememora el paso del almirante por la isla antes de su primer viaje en el Descubrimiento de América, o la Catedral de Canarias, considerado el monumento más importante de la arquitectura canaria.

La isla de Gran Canaria es la tercera en extensión (casi 1.560 km²) y la tercera en altitud (1949 metros Pico de las Nieves). Se encuentra a 28º latitud Norte y 15º 35′ longitud Oeste. Ha sido bautizada como “continente en miniatura” por la diversidad de su clima, su geografía, su flora y su fauna.

Tiene una forma circular con un macizo montañoso en el centro. Su altitud máxima es el Pico de las Nieves, con 1.949 metros. Destacan también algunos monumentos naturales como el Roque Nublo (1.813 metros) y el Roque Bentayga.

El 29 de junio de 2005, parte de la isla de Gran Canaria fue declarada por la Unesco como Reserva de la Biosfera. La superficie protegida por esta declaración representa un 46% del territorio insular, además de 100.458 ha de zona marina.

En la isla podemos distinguir dos zonas geomorfológicas:

Neocanaria (Noreste).

De formación más reciente, donde aparecen algunos terrenos sedimentarios y de formación submarina. En esta zona encontramos terrazas y algunos conos volcánicos como la Montaña de Arucas y el Pico y Caldera de Bandama, así como otras calderas de erosión como Tenteniguada, Temisas y Tirajana. También se extienden algunos llanos. Aquí se ubican los barrancos de Telde, Guayadeque y Tirajana. En su extremo noreste se encuentra una pequeña península llamada La Isleta, unida al resto de la isla por el Istmo de Guanarteme, con las playas de Las Canteras y Las Alcaravaneras a sus márgenes.

Tamarán (Suroeste).

Es la parte más antigua de la isla, hecho que puede constatarse por la cantidad de barrancos que la surcan. A esta zona pertenece también el centro de la isla, donde encontramos las altitudes máximas. Destaca por otro lado el macizo de Tamadaba, con sus acantilados. El Risco Faneque, a pocos metros de la costa, tiene una altitud de 1.096 metros sobre el nivel del mar. En esta zona se ubican los barrancos de la Aldea, Agaete, Arguineguín y Fataga, entre otros. Cabe destacar también la reserva natural especial de las Dunas de Maspalomas, una de las zonas turísticas más importantes de Canarias, junto con la anexa Playa del Inglés.

Gran Canaria posee 33 entornos sujetos a diferentes fórmulas de preservación según recoge la Red Canaria de Espacios Naturales Protegidos, entre los que destacan el Parque Rural del Nublo, la Selva de Doramas, el Barranco de Azuaje, Tamadaba, Pino Santo, Inagua, etc. Los roques son formaciones volcánicas de tipo rocoso que se erigen en el paisaje: destacan el Roque Nublo, con 1.813 m de altitud (símbolo de la isla), el Cura (también conocido como El Fraile), La Rana, El Dedo de Dios, Bentayga, el Roque de Gando, y el Peñón Bermejo. Algunas playas de la isla son Maspalomas, Playa del Inglés, playa de Las Canteras, Puerto Rico, La Laja, San Agustín, etc.
Gran Canaria presenta una gran diversidad climática, debida tanto a la gradiente altitudinal como al efecto de los vientos alisios, que originan acusadas diferencias paisajísticas entre barlovento y sotavento, por tal motivo, se la denomina “El Continente en Miniatura”. La capital insular, Las Palmas de Gran Canaria, es considerada la ciudad con el mejor clima del mundo según un estudio de la Universidad de Siracusa (Nueva York). Por su parte, Mogán, al sur de la isla, es el lugar de la Unión Europea con más días despejados. El clima grancanario hace que la diversidad ecológica sea notable: la isla cuenta con más de cien endemismos vegetales, así como con otros quinientos compartidos con el resto de las Canarias.

(Fecha de adquisición: 23/05/2015)

lunes, 28 de septiembre de 2015

131. Dedal ESPAÑA // SPAIN´s Thimble

Dedal de la bandera de España.
En esta ocasión, me gustaría mostraros uno de los dedales que representa a mi país, España. En este dedal de porcelana podemos observar la bandera de España. Es un dedal que fue un regalo de mi novio, y el lugar donde fue comprado es la tienda Divers´ en Tarragona. Pues bien a continuación, vamos a conocer algo más sobre la bandera de España.

La bandera de España, conocida como “la Rojigualda“, fue adoptada con todos sus elementos actuales el 5 de octubre de 1981 al aprobarse la ley que establece la última versión del escudo nacional. Con anterioridad, la Constitución de 1978 especificaba en su artículo 4.1:
La bandera de España está formada por tres franjas horizontales, roja, amarilla y roja, siendo la amarilla de doble anchura que cada una de las rojas.
Artículo 4.1 de la Constitución española.
Se trata del mismo diseño que fue adoptado como pabellón nacional de España en 1785, y que, a excepción del diseño adoptado entre 1931 y 1939 en la Segunda República, solo ha ido variando el modelo del escudo.

Es posible considerar que los vexilos (palabra origen del término vexilología) utilizados por los legionarios, durante la civilización romana, fueron las primeras insignias empleadas en España. Los visigodos siguieron utilizando este tipo de estandartes rígidos con alguna clase de paño; pero no fue sino hasta la invasión musulmana cuando se comenzaron a utilizar lo que actualmente conocemos como “banderas”, ya que el uso de tejidos ligeros en los estandartes, como la seda, tuvo su origen en Oriente, siendo los musulmanes y los Cruzados los primeros en implantar su uso en Europa. Las banderas se convirtieron en guiones y estandartes representativos de reyes y señores (específicamente, de sus linajes o casas reales), más que de territorios o naciones, tal como hoy son utilizadas las enseñas nacionales.

Las más tempranas divisas asimilables a primeras banderas de carácter “nacional” de España son los modelos que se utilizaron tanto como torrotitos, pabellones y banderas de Tierra en el siglo XVI, tras el matrimonio de Juana I de Castilla (hija de los Reyes Católicos) con el Archiduque de Austria Felipeel Hermoso“. Se introdujo entonces un elemento común en las banderas españolas de la época: la Cruz de Borgoña, que, aunque sufriendo ligeras variaciones con cada rey (como en el caso de Felipe II, quien dispuso que el paño blanco donde se situaba la Cruz de Borgoña se cambiara al color amarillo), se convirtió en el símbolo vexilológico por excelencia de España.

Con el advenimiento de la Casa de Borbón con Felipe V, se sustituyó el anterior diseño por otro: las armas reales sobre paño blanco. El blanco (propio de la Casa de Borbón), también era el paño utilizado en el siglo XVIII por las distintas ramas de los Borbones que reinaban en Francia, Nápoles, Toscana, Parma o Sicilia, además de España, por lo que Carlos III decidió cambiar el pabellón nacional de España para diferenciarse mejor de estas otras naciones.

Es así como el actual diseño de Bandera Nacional surgió con el Real Decreto de 28 de mayo de 1785, por el que Carlos III resuelve la realización de un concurso convocado para adoptar un nuevo pabellón de la Marina, eligiendo dos diseños: uno para los buques de guerra y otro para los mercantes, de entre las doce propuestas que le presentó Antonio Valdés y Fernández Bazán, en esa época Secretario de Estado y del Despacho Universal de Marina (Ministro de Marina). A fin de dar a conocer la nueva enseña, se promulgó una Ordenanza General, que en el tratado IV, título I, disponía:
Para evitar los inconvenientes y perjuicios que ha hecho ver la experiencia puede ocasionar la Bandera Nacional de que usa Mi Armada Naval y demás Embarcaciones Españolas, equivocándose a largas distancias ó con vientos calmosos con la de otras Naciones, he resuelto que en adelante usen mis Buques de guerra de Bandera dividida a lo largo en tres listas, de las cuales la alta y la baja sean encarnadas y del ancho cada una de la cuarta parte del total, y la de enmedio, amarilla, colocándose en ésta el Escudo de mis Reales Armas, reducido a los dos quarteles de Castilla y León, con la Corona Real encima; y el Gallardete en las mismas tres listas y el Escudo a lo largo, sobre Quadrado amarillo en la parte superior. Y que las demás Embarcaciones usen, sin Escudo, los mismos colores, debiendo ser la lista de enmedio amarilla y del ancho de la tercera parte de la bandera, y cada una de las partes dividida en dos partes iguales encarnada y amarilla alternativamente, todo con arreglo al adjunto diseño. No podrá usarse de otros Pavellones en los Mares del Norte por lo respectivo a Europa hasta el paralelo de Tenerife en el Océano, y en el Mediterráneo desde el primero de año de mil setecientos ochenta y seis; en la América Septentrional desde principio de julio siguiente; y en los demás Mares desde primero del año mil setecientos ochenta y siete. Tendréis lo entendido para su cumplimiento.
Señalado de mano de S.M. En Aranjuez, a veinte y ocho de mayo de mil setecientos ochenta y cinco.
En 1793 se ordenó que este pabellón, utilizado hasta entonces solo en los buques de guerra con el escudo reducido a dos cuarteles, ondeara también en los puertos y fuertes de la Marina y costas custodiados por el ejército español. La bandera rojigualda empezó a utilizarse en campamentos del ejército y fortificaciones fronterizas durante la guerra contra la Convención, aunque al ser una bandera del Ejército el escudo se representa en cuartelado de Castilla y León sobre los colores del pabellón naval. A partir de 1808 dada la explosión del sentimiento patriótico durante la guerra de Independencia, los colores rojo y gualda fueron empleados por el pueblo y para banderas de enganche de voluntarios, y fueron oficializados como colores de las Cortes de Cádiz y de la milicia nacional.

Finalmente en 1843, el Real Decreto de 13 de octubre, sancionado por la Reina Isabel II, reconocía como nacional la bandera de colores rojo amarillo y rojo, y se ordenó que todas las unidades militares españolas utilizaran la misma bandera, por lo que desapareció la variante para “las demás Embarcaciones” (bandera mercante o pabellón civil). La Primera República Española, instalada en 1873, no alteró los colores de la bandera, pero se suprimieron de los escudos todos los símbolos reales de la monarquía.

Aunque el uso de la rojigualda se generalizó durante lo que quedaba de siglo, no fue hasta 1908 (Real decreto disponiendo que en los días de Fiesta nacional ondee en todos los edificios públicos la bandera española, extendiéndose colgaduras é iluminaciones, Gaceta de Madrid, número 26, se 26 de enero), que se estableció la obligatoriedad de que ondeara en todos los edificios públicos en los días de fiesta nacional.

Este diseño rojigualda se conserva hasta nuestros días, aunque ha habido constantes variaciones del escudo. Solamente la proclamación de la Segunda República Española en 1931, durante la que se utilizó la bandera tricolor republicana de franjas horizontales de igual tamaño entre ellas, sustituyéndose en la franja inferior el rojo por el morado, constituyó un paréntesis en su uso. Tras la Guerra Civil, se volvió a la bandera bicolor, pero con el nuevo modelo de escudo, el modelo de 1938 (aprobado el 11 de febrero de 1938). Posteriormente, se cambió el escudo en dos ocasiones más, con los modelos de 1945 (aprobado el 11 de octubre de 1945), y 1977 (aprobado el 21 de enero de 1977), hasta el actual modelo de 1981.

En relación con el uso de la bandera, el artículo 3 de la Ley 39/1981, de 28 de octubre, establece:
La bandera de España deberá ondear en el exterior y ocupar el lugar preferente en el interior de todos los edificios y establecimientos de la Administración central, institucional, autonómica, provincial o insular y municipal del Estado.
Por su parte, la sentencia del Tribunal Supremo del 24 de julio de 2007 aclara:
La bandera debe ondear diariamente con carácter de permanencia, no de coyuntura, no de excepcionalidad sino de generalidad y en todo momento.
El diseño de la bandera española viene determinado por la Constitución española:
La bandera de España está formada por tres franjas horizontales, roja, amarilla y roja, siendo la amarilla de doble anchura que cada una de las rojas. 
Artículo 4, apartado 1, de la Constitución española de 1978
El 28 de octubre de 1981, la Ley 39/1981 sobre el uso de la bandera de España y de otras banderas y enseñas, dice en su artículo 2.2: “En la franja amarilla se podrá incorporar, en la forma que reglamentariamente se señale, el escudo de España“.

Debe tenerse en cuenta que no existe un escudo constitucional, sino una bandera constitucional, que es la bandera sin escudo, ya que el Escudo de España no aparece en la Constitución, sino en una Ley posterior.

El escudo de España está regulado por la ley 33/1981, de 5 de octubre, y por el Real Decreto 2964/1981, de 18 de diciembre, donde se especifica también la posición del escudo en la bandera.

De acuerdo a la normativa anteriormente expuesta, la bandera de España tendrá las siguientes características:
  • La bandera está formada por tres franjas horizontales, roja, amarilla y roja, siendo la amarilla de doble anchura que cada una de las rojas.
  • La bandera podrá incorporar el escudo de España, pero su incorporación solo es obligatoria en los casos previstos reglamentariamente.
  • El escudo tendrá una altura de dos quintos de la anchura de la bandera y figurará en ambas caras de ésta en el centro de la franja amarilla.
  • Cuando la bandera tenga la proporción normal, de longitud igual a 3/2 de la anchura, el eje del escudo se colocará a una distancia de la vaina de media anchura de la bandera. Si la longitud fuere menor a la normal o la bandera tuviera la forma cuadrada, el escudo se situará en el centro de la bandera.
(Wikipedia)

(Fecha de adquisición: 11/06/2015)

viernes, 25 de septiembre de 2015

130. Dedal VIENA // VIENNA´s Thimble

Dedal “Reutter Porzellan” Viena. Austria.
En esta entrada, os voy a enseñar otro de los dedales que me traje de mi viaje a la capital austríaca. Es un dedal de porcelana (Reutter Porzellan), en el que podemos observar una bonita vista dibujada de la ciudad. Este dedal lo compré en las tiendas del parque de atracciones de la ciudad, el Prater. A continuación, os voy a dejar información sobre la historia de la ciudad.

En la Wikipedia encontramos lo siguiente:

Viena (en alemán: Wien) es una ciudad de Europa Central situada a orillas del Danubio, en el valle de los Bosques de Viena, al pie de las primeras estribaciones de los Alpes. Es la capital de Austria y uno de sus nueve estados federados (Bundesland Wien).

Está rodeada por el Estado federado de Baja Austria. Viena es la mayor ciudad, centro cultural y político de Austria. Además es la décima ciudad en población de la Unión Europea y su área metropolitana cuenta con 2,4 millones de habitantes, población similar a la de la ciudad en 1914. El idioma oficial es el alemán.

La ciudad tiene una larga historia, ya que es una de las más antiguas capitales de Europa, por lo que cuenta con un importante patrimonio artístico. Durante el siglo XIX fue una de las grandes capitales musicales del Mundo y a principios del siglo XX meca de la filosofía y el debate político de Occidente, así como uno de los principales centros culturales mundiales.

Los romanos la llamaron Vindobona, nombre de origen celta que significa ciudad blanca. Como las distintas Vienas, Vianas o Veanas que están distribuidas por Europa, procede de la palabra beann (monte, colina o pico). Así, beann en gaélico escocés y en irlandés significa pico o cima. En protogaélico, mucho más próximo al celta original, se escribe benna; en irlandés antiguo, benn; en galés, ban y en bretón ban y benny.

Los primeros asentamientos humanos en la actual Viena son de origen celta (ca. 500 a. C.), posteriormente germánicos, y con la expansión del Imperio romano hacia el norte en el siglo I a. C., se adhiere a éste en el año 13 a. C. El río Danubio, al igual que los Alpes, sirve entonces de límite natural entre bárbaros y romanos, y Vindobona sirve desde entonces y hasta la caída de Roma (año 476 d. C.) como punto de defensa del imperio. La ciudad nace como campamento del ejército romano, para controlar la Provincia de Panonia, en el que se asientan diferentes unidades, de entre las cuales destaca la Legio X Gemina, que permaneció en ella desde el año 106 hasta finales del siglo IV, ya que la zona fue ocupada por pueblos germanos en época de Graciano y de Teodosio I.

Con las invasiones bárbaras es ocupada por ávaros y magiares. Carlomagno conquista la ciudad en el siglo IX y la bautiza con el nombre de Ostmark (la marca del este). Durante el alto medievo Viena es un importante aliado del Vaticano y punto de abastecimiento de armas y víveres para la empresa de las Cruzadas (p. ej. Ricardo Corazón de León). Fue capital de Hungría con Matías Corvino, y desde el siglo XV hasta las guerras napoleónicas capital del Sacro Imperio Romano Germánico, al ser la residencia habitual de los Habsburgo.

En 1237 las murallas de Viena alcanzaron la extensión que conservarían hasta su desaparición en 1857.

Desde la caída de Constantinopla en manos otomanas (1453) hubo un interés creciente del Imperio Turco por Viena, dado que era la clave para conquistar los demás países de Europa; interés que se hace más notable durante el período del sultán Solimán el Magnífico. Pero sus esfuerzos fracasaron y los austríacos salieron victoriosos de los distintos sitios a los que sometieron a la ciudad, el primero en 1529, a pesar de que inicialmente los defensores de la ciudad sólo recibieron el apoyo poco entusiasta de sus vecinos alemanes. El ejército turco estaba mal equipado para un asedio y su tarea fue obstaculizada por la nieve y las inundaciones. Solimán se retiró a finales de octubre y no pudo reanudar el asedio a su regreso en 1532, cuando encontró a los defensores apoyados por un gran ejército bajo el mando del hermano de Fernando, el emperador Carlos V.

Entre el primero y el segundo sitio turco, las instalaciones defensivas fueron reforzadas y modernizadas constantemente. Esto trajo como consecuencia que se tuvieran que ampliar una y otra vez los espacios libres frente a los bastiones para utilizarlos como campo de tiro. En 1529 estos espacios abarcaban 90 metros que, a partir de 1683, fueron ensanchados a 450 metros. Hasta 1858 no se construyó ningún edificio en esta explanada.

El segundo sitio se produjo en 1683, en la llamada Batalla de Viena, y marcó el comienzo del declive del Imperio otomano en Europa. Fue iniciado por el gran visir Kara Mustafá, que necesitaba desesperadamente un éxito militar para reforzar su posición inestable y trató de lograrlo en una campaña contra el emperador Leopoldo I. Los turcos avanzaron con fuerza abrumadora, sitiaron la ciudad el 16 de julio, pero su falta de artillería de asedio permitió a Leopoldo reunir un ejército adicional formado por tropas austriacas, alemanas y polacas, que derrotó al ejército turco en una batalla librada delante de los muros de la ciudad el 12 de septiembre, que también se conoce como Batalla de Kahlenberg.

Durante el siglo XVIII, los Habsburgo habían convertido a la ciudad en su capital desde 1556 y su importancia se vio acrecentada con la expansión por el valle del Danubio. Se convirtió en un núcleo principal del Barroco europeo gracias a la construcción de importantes obras arquitectónicas y creaciones musicales. En 1800, antes de las guerras napoleónicas, la ciudad contaba con 231.900 habitantes.

Desde el asedio de 1683, en que fueron destruidas numerosas ciudades pequeñas que existían en el exterior de la muralla, en el terreno ondulado situado frente a la ciudad se alzaron numerosos palacios con jardines. El punto de partida fueron los planos del palacio real de Schönbrunn, elaborados por Johann Bernhard Fischer von Erlach. Hacia 1720 se contaban 200 residencias rurales. El príncipe Eugenio de Saboya había adquirido en 1693 la más bella parcela y una de las más grandes con los primeros ingresos que le habían llegado. Allí, tras cuarenta años de trabajo, levantó el Belvedere con sus espaciosos jardines.

Tras la derrota austriaca a manos de Napoleón Bonaparte en 1809 (batalla de Wagram), éste último se hospeda en el palacio de Schönbrunn, en Viena (donde -ironías de la historia- apenas unos años atrás se habían hospedado Luis XVI y María Antonieta, hija de María Teresa y Francisco I, emperadores de Austria). Durante esta estancia, Francia y Austria se alían, y Napoleón desposa a María Luisa, también hija de los emperadores de Austria.

Metternich, canciller austriaco en esta época, cambia a Austria al bando anti-napoleónico tras la derrota francesa en Rusia. Después de la derrota definitiva de Napoleón, se celebra el Congreso de Viena, una conferencia internacional convocada con el objeto de restablecer las fronteras de Europa.

La reunión se llevó a cabo del 1 de octubre de 1814 al 9 de junio de 1815, lo que le permite a Austria conservar gran parte de sus territorios a pesar de haber estado aliada con Napoleón, y a partir de entonces, Viena, por medio del canciller Metternich, se convertiría en el eje de la política de la Europa continental durante los siguientes 30 años.

Durante el siglo XIX, sobre todo en la segunda mitad, Viena inició un despegue demográfico, acompañado de reformas urbanísticas, que la convirtieron en una gran ciudad, multiplicando en un siglo su población por diez.

En 1857, se derribaron las murallas por decreto de Francisco José I de Austria, abriéndose una nueva avenida, la Ringstraße, donde se construyeron importantes edificios, como la Ópera, la Universidad, el Ayuntamiento, el Parlamento, la Bolsa y los museos de historia del arte e historia natural.

La derrota de Austria en la guerra austro-prusiana en 1866 y la posterior anexión de los Estados alemanes a Prusia convirtieron a la unificada Alemania en un peligro para Austria, por lo que esta última se tuvo que aliar con Hungría en lo que se conoce como la “política de compensación o Ausgleichpolitik”.

Así pues, en 1867, tras el Compromiso con Hungría, Viena se convirtió en la capital del Imperio austrohúngaro y en un centro cultural, artístico, político, industrial y financiero de primer orden mundial. Con esta alianza, Austria prosigue sumando otras más, con lo que para fines del siglo XIX el imperio abarcaba los actuales países de Austria, Hungría, Eslovaquia, República Checa, la Galicia polaca, la Transilvania rumana, la Bucovina y la Rutenia ucranianas, Croacia, Bosnia-Herzegovina, Eslovenia y el Trentino-Alto Adigio italiano.

Viena alcanza su máximo demográfico en 1916 con 2.239.000 habitantes, siendo la tercera ciudad más grande de Europa. Éste es el período cultural más glorioso de la monarquía de los Habsburgo, con Francisco José I (Franz Joseph) rigiendo el Imperio (período 1848-1916). También es la época de los suntuosos valses vieneses (Wiener Walzer) en la Ópera Nacional de Viena (Wiener Staatsoper), grandes carruajes paseando por la Ringstraße y la Kärntner Straße, así como de los típicos cafés vieneses.

De la época destacan intelectuales, como Sigmund Freud en el psicoanálisis y Otto Bauer en el campo del pensamiento político, principal exponente del austromarxismo, ideas que calarían fuerte en la sociedad vienesa, pues ya en 1895 el gobierno municipal estaría en manos del partido socialcristiano, precursor del actual partido ÖVP (democristiano) . Tampoco hay que olvidar en el plano artístico el movimiento modernista, la Secesión de Viena (Secession), con Gustav Klimt como principal exponente en la pintura, Coloman Moser en el grafismo y Joseph Maria Olbrich y Josef Hoffman en la arquitectura. Contrario a estos destacaría asimismo Adolf Loos con su racionalismo arquitectónico. Sin embargo, la Primera Guerra Mundial y la posterior derrota austrohúngara truncarían gran parte de ese esplendor.

Tras el asesinato del Archiduque heredero Francisco Fernando y su esposa, Sofía Chotek, en Sarajevo, a manos del terrorista serbo-bosnio Gavrilo Princip, y ante la abrumadora evidencia de la participación de los servicios de inteligencia serbios en el complot, la monarquía dual declara la guerra a Serbia, a la que se le alían Alemania y Turquía y que, ante la oposición de Francia, Inglaterra y Rusia, deviene en la Primera Guerra Mundial. En octubre de 1918, derrotada AustriaHungría y sus aliados, estalla la revolución en Viena que pide la disolución de la monarquía y la independencia austríaca; sería el fin de la monarquía de los Habsburgo que gobernaba el país desde 1278.

Viena se convirtió, tras el tratado de Saint-Germain, en la capital de la pequeña República de Austria, reducida a su tamaño actual, sufriendo un importante revés demográfico, económico y político. Pese a todo, en esta época continuó la actividad intelectual con el Círculo de Viena (der Wiener Kreis), considerado por muchos el grupo de intelectuales más influyentes del siglo XX en Europa, entre los que destacan Karl Popper, Moritz Schlick y Ludwig Wittgenstein en la filosofía positivista lógica (Logischer Empirismus).

Durante el periodo democrático republicano, es decir, desde 1918 hasta la dictadura de Engelbert Dollfuss en 1934, el Partido Obrero Socialdemócrata (Sozialdemokratische Arbeiterpartei en alemán) obtuvo la mayoría absoluta en todas las elecciones celebradas para el gobierno local, por lo que la ciudad pasó a ser conocida como Viena roja. La política socialdemócrata de esos años se caracterizó por un extenso programa de viviendas sociales y por un marcado apoyo a la educación y la sanidad públicas, tal y como preconizaba la corriente austromarxista. La Viena roja finalizó en 1934 a consecuencia de la guerra civil austríaca y la victoria del Frente Patriótico. Su último alcalde fue Karl Seitz.

La importancia cultural vienesa se mantendría hasta 1938, en que el país fue invadido, y posteriormente anexionado por la Alemania nazi. Dicha anexión, conocida como el Anschluss, estaba prohibida en los tratados de paz y fue la primera de las expansiones tendentes a unificar en un solo Estado a todos los germanohablantes, bajo un solo liderazgo (“ein Reich, ein Volk, ein Führer”). En la ciudad, que pasó a ser capital de la provincia de Ostmark, pronunció Hitler, el 14 de marzo de 1938, su primer gran discurso a los vieneses desde el balcón central del Palacio de Hofburg, discurso que es considerado uno de los más emotivos del dictador y de mayor aclamo por su masiva audiencia debido a la euforia que la anexión de Austria al Tercer Imperio Germano (Dritte Reich) causó en parte de la población. Para legitimar la invasión se celebró un referéndum el 10 de abril que resultó favorable al Anschluss con un 99,73%, si bien carecía de las garantías democráticas.

Durante la Segunda Guerra Mundial, Viena sufrió los indiscriminados bombardeos aéreos estadounidenses que destruyeron buena parte del patrimonio histórico (la catedral gótica de San Esteban, la ópera de Viena, los puentes del Danubio, entre otros), el cual fue reconstruido tras la contienda. En mayo de 1945 Viena es tomada por el ejército soviético, quienes, junto con franceses, estadounidenses e ingleses, después la ocuparían durante los 10 años posteriores bajo un sistema de ocupación cuatripartita en la ciudad, similar al de Berlín.

Tras las gestiones de Leopold Figl y Julius Raab y la posterior firma del Acuerdo de Moscú, Austria recobra su independencia el 15 de mayo de 1955, y Viena vuelve a ser capital de la República de Austria. A partir de entonces y gracias a su compromiso de neutralidad, Austria se convirtió en sede de organismos internacionales como la OPEP, la ONUDI, IAEA, IIASA, entre otros, lo cual convierte a Viena en la tercera capital de la ONU, después de Nueva York y Ginebra, por lo que se puede ver hoy en día una gran comunidad internacional, en particular en el distrito 4 de Viena (Wieden) derivada de sus cuerpos diplomáticos. Desde 1995 es parte de la Unión Europea y de los países de Schengen. A partir de 2002 sacó de circulación el chelín austriaco y entró en vigor el euro como la moneda de curso legal en toda Austria.

(Fecha de adquisición: 10/04/2015)

jueves, 24 de septiembre de 2015

129. Dedal GALICIA // GALICIA´s Thimble

Dedal resina Galicia.
Continuando con las regiones del norte de la Península Ibérica, hoy os voy a mostrar otro de los dedales que tengo en mi colección desde hace un tiempo. El dedal que os enseño hoy, es un dedal una vez más de mi tierra, Galicia, que conseguí en una tienda de la Calle Real de la ciudad de Ferrol, cuyo nombre es “Regalos Goma 2“.

Este dedal, es un dedal de resina en el que podemos observar a los gallegos que ya os enseñé en entradas anteriores, ya que este dedal pertenece a la misma colección de dedales de tamaño grande que aquellos dos dedales que ya os mostré en entradas pasadas. Además podemos observar una representación del paisaje gallego, con montañas, campos, vacas y flores. Ese paisaje verde que caracteriza a la tierra gallega. Enla parte superior del dedal tenemos representada una de las construcciones típicas de la zona, como son los hórreos.

Galicia es tan célebre por sus maravillosos paisajes, verdes en sus campos y plateados en el mar, como por sus bellísimas edificaciones que van desde las pintorescas viviendas tradicionales hasta las más importantes joyas monumentales. Su territorio se sitúa en el límite noroccidental de la Península, e incluso de lo que fue el mundo conocido hasta el descubrimiento de América, el cabo de Fisterra o Finisterre, donde hoy encontramos una típica villa de pescadores cuyo nombre recuerda a éste particular.

Galicia presenta un interior esencialmente montañoso y un litoral surcado por numerosas rías, donde se deja sentir la acción moderada del mar. Esto es lo que convierte a las Rías Baixas en el área más cálida del Norte del país. Su costa presenta grandes contrastes, entre las formas suaves de As Mariñas y los peligrosos acantilados de la Costa de la Muerte. El interior, está atravesado por numerosos ríos, aspecto que llevó a Álvaro Cunqueiro a bautizarla como el país de los mil ríos.
Asomarse al abrupto litoral cantábrico, donde llegan las pequeñas rías del norte gallego, Las Rías Altas, con sus magníficas playas, pueblos pesqueros y acantilados impresionantes, o visitar en las Rías Baixas las reservas naturales o los balnearios, como el de A Toxa, deparan la excelencia del encuentro con una naturaleza inmensa e impresionante. Es quizás por estas razones por las que el turismo rural esté teniendo actualmente tal auge en Galicia.

El clima en el norte es templado y lluvioso, registrándose las lluvias más frecuentes durante el invierno, con temperaturas mínimas de 5° C. En verano se alcanzan las máximas de 15° C o 20° C. El clima en el sur, registra temperaturas más altas que en la zona norte y dos meses de sequía estival, durante Julio y Agosto. Esta humedad constante ha propiciado el bello paisaje verde que le es característico, de tal tipismo con sus pequeñas aldeas dispersas, muy próximas unas a otras.

Ahora bien, Galicia posee, además de un excelente paisaje, importantes ciudades y pueblos con un conjunto histórico-artístico inmejorable y puertos pesqueros de gran importancia; como el de Vigo.

Conocer todos estos monumentos, su original arquitectura popular, con sus hórreos, las casas acristaladas de A Coruña, los cruceiros que presiden las plazas de muchas de sus villas y tantas otras manifestaciones de su arquitectura son uno de los muchos alicientes que ofrece esta comunidad.

Su historia data de muy antiguo; la primera cultura que dejó su huella en Galicia fue la celta, a la que le sucedió una honda romanización, de ella quedan como legado las murallas de Lugo, el puente romano de Ourense y la Torre de Hércules. A ésta le siguió la dominación sueva, con una repercusión importantísima y sin parangón a la que tuvo en el resto de España. La Edad Media gallega está marcada por el descubrimiento de la tumba del Apóstol Santiago, que convirtió a Santiago de Compostela en una de las tres ciudades santas de la cristiandad, junto a Jerusalén y Roma y fue un foco de atracción para millones de peregrinos que llegaron desde los países más lejanos. En esta época se forjó el Camino de Santiago o camino jacobeo, jalonado por iglesias y monasterios, que aún se pueden apreciar como herencia de la época, siendo su obra cumbre la Catedral de Santiago de Compostela.

Esta original historia la ha dotado de profundas peculiaridades e identidad propia, presentando una realidad tan original como fascinante. Muestra de ello son su lengua, el gallego, idioma con una cadencia dulce y encantadora, su Derecho Foral, su folclore con raíces celtas, que tiene a la gaita como instrumento característico, una artesanía variada y peculiar, donde destaca la bella cerámica de Sargadelos y una tradición cultural viva aún hoy en sus gentes y en las múltiples romerías y fiestas populares.

La gastronomía gallega está marcada por su carácter marítimo; aquí encontraremos los más exquisitos mariscos y pescados, preparados en diversidad de modos tradicionales. El pulpo a la gallega y la empanada se cuentan entre sus platos más célebres. Sus dulces tradicionales, muchos resultado de recetas monacales, junto con sus suaves y jóvenes vinos como el Albariño o el Ribeiro hacen famosa por el buen comer a esta encantadora región.”

Describir Galicia, es imposible para un gallego, ya que somos personas enamoradas de su tierra, así que con todos los adjetivos que podrían salir de nuestras bocas nos parecería que nos quedamos cortos. Así que os dejo en líneas superiores la descripción que han hecho en la página web “Todo sobre España“, de Red 2000.

Personalmente, os animaría a visitar Galicia, sino lo habéis hecho ya, porque cada rincón de Galicia es único y no encontraréis dos iguales en el mundo. Y desde luego, en esta tierra encontraréis paisajes espectaculares. Y como en Galicia tiramos mucho de refranero, os dejo un refrán que describe a la perfección las tierras gallegas…
 
“Galicia Terra Meiga”.

(Fecha de adquisición: 04/06/2015)

miércoles, 23 de septiembre de 2015

128. Dedal ASTURIAS // ASTURIAS´Thimble

Dedal resina de Asturias.
Continuando con las entradas, os voy a enseñar otro de mis dedales conseguido en la tienda “Gritos de Madrid“. Es un dedal de resina de Asturias, en el que podéis observar una imagen de la patrona de Asturias, la Virgen de Covadonga y también el famoso Puente de Cangas de Onís, así que en esta entrada vamos a hablar sobre estos dos nombres emblemáticos del Principado de Asturias.

En primer lugar, vamos a hablar de la Virgen de Covadonga.

La Virgen de Covadonga, conocida popularmente como La Santina, es una imagen de la Virgen María que se encuentra en una cueva en Covadonga, concejo de Cangas de Onís, Principado de Asturias. Es la patrona de Asturias y una de las siete Patronas de las Comunidades Autónomas de España. La cueva es muy visitada y los peregrinos encienden muchas velas.

Según la tradición, la Virgen ayudó a los cristianos capitaneados por Don Pelayo, provocando un desprendimiento de rocas en la conocida como batalla de Covadonga, que diezmó el ejército árabe. Esta victoria es legendariamente considerada como el inicio de la Reconquista y la reinstauración de los reyes cristianos en la Península.

La imagen primitiva se perdió en un incendio. La actual talla data del siglo XVI y fue donada al Santuario por la Catedral de Oviedo en 1798.

Es una talla policromada cubierta de vestiduras y manto, aunque fue concebida para mostrarse sin el ropaje y el manto está pintado sobre la madera en un color azul verdoso adornado con flores rojas. La capa es de color rojizo con los bordes dorados, así como el cinturón y los bajos del faldón tallados en la escultura. La Virgen sostiene al Niño Jesús en su mano izquierda y en la derecha sujeta una rosa de oro. Sobre su cabeza, una corona dorada con perlas en sus aristas y brillantes incrustados. Del arco que describe la parte superior de la corona pende una paloma representando al Espíritu Santo, rodeada de un círculo de brillantes.

El Niño Jesús actual fue colocado en el año 1704, sobre la mano izquierda de la Madre. A lo largo del tiempo la imagen ha sido objeto de restauraciones y modificaciones. Así, el conjunto fue retocado en 1820; se reajustó en 1874. Tras ser robada y recuperada durante el periodo de la Guerra Civil fue restaurada por el Instituto Nacional de Conservación y Restauración de la Dirección General de Bellas Artes en 1971 y 1986.

La actual imagen de Covadonga estuvo en la cercana capilla de la Colegiata de San Fernando desde 1778 hasta 1820, en que fue llevada a la Cueva, donde se había habilitado una pequeña capilla para su custodia.
Fue coronada canónicamente en 1918, coincidiendo con el duodécimo centenario de la histórica batalla de Covadonga. Por este motivo la talla de la Virgen de Covadonga fue una de las primeras imágenes marianas de España en recibir la Coronación canónica, junto a la Virgen de Montserrat (Patrona de Cataluña), la Virgen de Candelaria (Patrona de Canarias), la Virgen de Guadalupe (Patrona de Extremadura) y la Virgen de los Desamparados (Patrona de Valencia), entre otras.

Los días 21 y 22 de agosto del año 1989 el papa Juan Pablo II visitó el santuario y rezó y ofició misa en la Santa cueva de Covadonga.

La imagen de la Santina fue robada de su cueva y llevada a París en 1939, aunque no fue objeto de profanación alguna. Terminada la Guerra, se hizo cargo de la Embajada española en París el doctor Pedro Abadal, quien comunicó el hallazgo de la imagen en París y el mismo Pedro Abadal trasladó la imagen en su coche cerrado desde la embajada de España en París, donde fue encontrada, hasta la frontera con España.

El día 11 de junio de 1939 entraba triunfalmente en España la imagen de la Santina. La ciudad de Irún se disponía a recibirla con una extrema exaltación de religiosidad. El mismo entusiasmo suscitó la Santa Imagen en San Sebastián, Loyola, Mondragón, Vitoria, Valladolid y León. El día 13 llegaba a Asturias entrando por Pajares.

Pasó nueve días en la Catedral de Oviedo, visitó Gijón, Avilés y varios pueblos hasta que por fin llegó a Covadonga donde con gran entusiasmo se entronizaría. Fue recibida en el llamado campo del Repelao por el Cabildo de la Colegiata el 6 de agosto, depositándose la imagen de la Virgen en la Santa Cueva de Covadonga a la una y media de la tarde.

Y ahora, vamos a saber algo más sobre el famoso Puente de Cangas de Onís.

El Puente Romano de Cangas de Onís es una construcción situada sobre el río Sella en la primera sede del Reino de Asturias, Cangas de Onís, y que separa los concejos de Cangas de Onís y de Parres, pese a servir de frontera, en las escrituras se especifica que el Puente Romano pertenece en su totalidad al concejo de Cangas de Onís, y no la mitad a cada concejo.

Aunque es conocido como el puente romano, es construcción medieval de tiempos del reinado de Alfonso XI de Castilla y de León con su famoso arco peraltado y otros dos arcos menores que son desiguales. Este puente bien pudiera ser una reconstrucción de otro anterior de origen romano, aunque no hay prueba alguna de ello. Esta construcción es conocida como el puentón.

Está declarado Monumento Histórico Artístico. De su arco central cuelga una reproducción de la Cruz de la Victoria.

En sus aledaños suelen ir a pescar salmones numerosos ribereños de la zona del río Sella.

martes, 22 de septiembre de 2015

127. Dedal BENIDORM // BENIDORM´s Thimble

Dedal porcelana vistas de Benidorm. Alicante.
En mi nueva entrada os voy a mostrar un nuevo dedal de una nueva ciudad española, Benidorm.

Benidorm es una ciudad y municipio español de la provincia de Alicante, en la Comunidad Valenciana. Está situada a orillas del mar Mediterráneo, en la comarca de la Marina Baja, de la que es su municipio más denso y poblado con una densidad de 1.792 hab/km² y 69.010 habitantes en 2014 según el INE. Es la capital turística de la Comunidad Valenciana.

Conocida como la “Nueva York del Mediterráneo“, Benidorm es la ciudad con más rascacielos de España, la ciudad con más rascacielos por habitante del mundo y la ciudad con más rascacielos por metro cuadrado del mundo tras Nueva York.

Se trata de uno de los destinos turísticos más importantes y conocidos de España y de todo el Mediterráneo gracias a sus playas y su vida nocturna, llegando a alcanzar los 400.000 habitantes en verano. No en vano Benidorm es la tercera ciudad con más plazas hoteleras de España tras Madrid y Barcelona.

En el término municipal se han encontrado restos íberos y romanos. Al parecer, en el momento de la Reconquista existía una Alquería árabe en la Partida de Lliriets; en cualquier caso, la población sería de poca importancia, pues no aparece el nombre de Benidorm en el Llibre dels Feyts de Jaime I de Aragón, quien conquistó esta parte de la provincia de Alicante alrededor del año 1245. Las tierras de Benidorm, al igual que la mayor parte del resto de la comarca, fueron otorgadas al almirante Bernardo de Sarriá. Este importante señor feudal puede considerarse como el verdadero fundador de la ciudad, al otorgar Carta Puebla a Benidorm el 8 de mayo de 1325, creándose el castillo y la villa. La función de dicho documento consistió en marcar los límites del término de la nueva población (que se separaba así administrativamente de la baronía de Polop), así como intentar atraer el establecimiento exclusivamente de familias cristianas. Estratégicamente, el origen de la villa (al igual que el de otras poblaciones costeras como Villajoyosa) se debió al temor imperante en aquel tiempo al superior número de mudéjares existentes en la zona, y las posibles alianzas de éstos con sus hermanos de religión del Reino nazarí de Granada y del Norte de África.

En 1335 se encontraba como señor territorial el Infante Pedro de Aragón y de Anjou, seguido por su hijo Alfonso de Aragón y de Foix. Posteriormente, Benidorm pasó a manos de los condes de Denia, volvió a la corona, y finalmente ésta vendió el término al noble Ruy Díaz de Mendoza, pues las dificultades financieras del monarca con motivo de conflictos bélicos le obligaron a desprenderse de muchos de sus señoríos.

La población sufrió dos terribles ataques piratas berberiscos, el primero hacia 1410 y el segundo en 1448, que asolaron la villa y el castillo. En concreto, en el ataque de 1448, los piratas se llevaron esclavizados a la mayor parte de los habitantes de Benidorm, aunque el lugar no se despobló ya que en 1492, en el documento notarial de la toma de posesión del señorío, se citan a las autoridades municipales. Sin embargo en 1520, durante la guerra de las Germanías, la villa ya estaba despoblada por lo que el abandono de sus habitantes se podría relacionar con el nuevo ataque de corsarios musulmanes que sufrió en 1502.

Durante el siglo XVI se amplió y reparó el castillo, pero la villa urbana, que había retornado a la baronía de Polop, se encontraba al parecer casi completamente despoblada.

La mejora de las construcciones defensivas y el establecimiento de una acequia que aportaba agua desde Polop permitieron atraer a nuevos pobladores al lugar. Eso ocurrió en 1666, por iniciativa de Beatriu Fajardo de Mendoza, señora territorial de Polop y Benidorm, que otorgó una nueva Carta de población a la villa, que volvió así a ser municipalmente independiente. La creación de la acequia del Rec Major de l’Alfàs conocido popularmente como Séquia Mare, permitió la viabilidad económica del nuevo municipio porque disponía de agua para el riego y el abastecimiento doméstico.

En 1715 la población contaba alrededor de 216 vecinos, cifra que aumentó a 2.700 a finales del siglo XVIII. Esta fuerte expansión demográfica se pudo realizar gracias, esencialmente, a una importante actividad pesquera basada en la pesca con almadraba (pesca de atunes durante su viaje de migración, a través de un cerco de redes), en la que sus habitantes se especializaron con gran fortuna, siendo sus habitantes conocidos en el arte del calado de almadrabas en toda la costa mediterránea, desde Rosas hasta las costas atlánticas de Marruecos, hasta aproximadamente 1950-60, aunque la almadraba de Barbate en Cádiz aún es propiedad de descendientes de Benidorm.

En la guerra de independencia, las tropas napoleónicas profanaron el cementerio y ocuparon el castillo que después fue parcialmente destruido por los ingleses al finalizar el conflicto.

Durante el siglo XIX continuó el crecimiento y se comenzaron tímidas aventuras turísticas como fue la inauguaración del Balneario de la Virgen del Sufragio. Aunque en los años posteriores mejoraron las comunicaciones con Alicante y con Madrid, los demás sectores económicos locales no estaban pasando por un buen momento, pues la marina mercante entraba en crisis con la pérdida de las últimas colonias ultramarinas en 1898 (Cuba, Puerto Rico y Filipinas) y poco después el boom de la agricultura de la vid (vino y pasas) se fue al traste con la llegada de la filoxera a principios del siglo XX. Esta desaceleración económica se conjugó con una cierta emigración hacia Cuba, el barrio marítimo de Barcelona y la costa de Cádiz.

Durante estos años, se produjo la ampliación del puerto y, en 1925, la construcción de los primeros chalets en la Playa de Levante. Tras la Guerra Civil, poco a poco se fueron recuperando las actividades socioeconómicas, con la pesca (de nuevo) como ramo productivo más destacado. Sin embargo en la década de 1950 se dieron los pasos para producir una verdadera transformación. Por un lado, en 1952, se cerró por bajo rendimiento en capturas la Almadraba más importante, algo traumático para muchas familias. Sin embargo, por otro lado, en 1956, durante la alcaldía de Pedro Zaragoza Orts, el Ayuntamiento aprobaba el ordenamiento urbanístico de la villa con la finalidad de crear una ciudad concebida para el ocio turístico, a base de calles bien trazadas y amplias avenidas siguiendo la configuración de las playas, modelo urbanístico pionero en la época en que fue realizado. A partir de entonces, se produjo un fuerte desplazamiento de las actividades tradicionales (pesca y agricultura) hacia el sector servicios originado por el turismo, que se convirtió desde entonces en la base de la prosperidad de la ciudad. En 1986, y durante la alcaldía de Manuel Catalán Chana, se revisó y amplió el Plan General de Ordenación Urbana a cargo del arquitecto benidormí Juan José Chiner Vives, que en 2006 fue el comisario de la exposición “Benidorm, la Ciudad Vertical”, con motivo de cumplirse el 50 aniversario de dicho Plan, así como de la exposición “Benidorm, los hoteles del paraíso 1954-1964”. El turismo español comenzó a compartir el espacio con los visitantes de otras partes de Europa, primero llegados con su vehículos y luego, con la entrada en funcionamiento del aeropuerto de AlicanteElche en 1967, llegados en vuelos chárter.

Actualmente, Benidorm es una de las primeras ciudades turísticas de toda la costa mediterránea.

Es un dedal de porcelana que como podéis observar tiene unas vistas de la ciudad impresas. Este dedal de la ciudad de Benidorm es un nuevo regalo de Sara, que viajó a Benidorm a pasar sus vacaciones y me lo trajo para que siguiera ampliando mi colección de dedales. Se te agradece un montón, ya lo sabes. El dedal venía envuelto en un sobre de papel que ponía “Parry´s. Edif. Los Gemelos. Avd. Madrid. Benidorm“, así que ahí os dejo la tienda por si os interesa tener un dedal como este.

(Fecha de adquisición: 25/05/2015)

lunes, 21 de septiembre de 2015

126. Dedal ESTRIGONIA // ESZTERGOM´s Thimble

Dedal cerámica de la ciudad húngara de Estrigonia.
Una vez más, estoy feliz de compartir otra entrada más con todos vosotros, sobre todo porque esta entrada vuelve a ser una entrada internacional de otra bella ciudad europea. En esta ocasión, vuelvo a enseñaros otro de los bonitos dedales que me regaló mi amiga Nuria, que me lo trajo de otro de sus viajes por ciudades europeas. Este dedal, es un dedal de la ciudad húngara de Estrigonia. Es un dedal de cerámica, está pintado a mano y en él podemos observar unas bonitas flores.

Esztergom o Estrigonia (como es conocida también en castellano) (en alemán: Gran, en eslovaco: Osrihon) es una ciudad del condado de Komárom-Esztergom en Hungría. Desde la fundación del Reino de Hungría se convirtió en la residencia del arzobispo de Esztergom, el más alto jerarca de la Iglesia católica en el país. Por esto su protagonismo ha sido clave en la historia húngara. La ciudad está situada a 50 km de Budapest.

Aunque existen varias concepciones en torno al origen del nombre de Esztergom en idioma húngaro, la más aceptada según algunos historiadores proviene de los términos húngaros antiguos Iszter (gam). Iszter era el nombre que le daban los antiguos al río Danubio, junto al cual se halla la ciudad.

Por otra parte, gam procede de garam, que significa montículo. De esta manera, las referencias más tempranas la denotan como Iszterogard, cuya versión latinizada pasó a ser Strigonium (de ésta deriva entonces al idioma español en Estrigonia). En el escudo actual hay un cuadro de la ciudad del siglo XII. Su bandera está partida horizontalmente por nueve franjas iguales, cinco en rojo, cuatro en plata.

Desde la prehistoria el lugar ocupado actualmente por la ciudad se encontraba habitado por asentamientos de diversos orígenes étnicos. Posteriormente durante la época del Imperio romano fue fundada una ciudad conocida como Solva, la cual para el siglo X ya estaba prácticamente en ruinas.

Hacia 895, cuando los magiares arribaron a Europa desde Asia se establecieron en el territorio actual de Hungría, el cual estaba poblado por pequeños asentamientos variados. Pronto las alrededores de Esztergom se convirtieron en la zona principal del reino, donde habitaban los Príncipes Húngaros.

Fue el Príncipe Géza de Hungría quien en el 960 escogió a Esztergom como ciudad principal y la acondicionó para ello. Una década después nació su hijo Vajk, quien posteriormente será bautizado y coronado como rey (San) Esteban I de Hungría en el año 1000.

Tras la muerte de San Esteban I en el 1038, la corte húngara será trasladada a la ciudad de Székesfehérvár por su sobrino y sucesor en el trono Pedro Orseolo de Hungría. Sin embargo, Esztergom permaneció como la sede del arzobispo de Esztergom y como la ciudad más importante en el aparato administrativo eclesiástico.

En el siglo XII al comienzo de la Segunda Cruzada, los ejércitos franceses y alemanes pasaron hacia Tierra Santa por el reino húngaro. Tanto el emperador germánico Conrado II como el rey Luis VII de Francia fueron recibidos por el rey Geza II de Hungría en la ciudad de Esztergom. Igualmente durante la Tercera Cruzada, el emperador germánico Federico I Barbarroja para llegar a Tierra Santa atravesó el reino húngaro y disfrutó de la hospitalidad del rey Bela III de Hungría en Estrigonia, donde el hermano del monarca húngaro, el príncipe Geza, se sumó a los ejércitos cruzados.

Igualmente el rey Bela III reconstruyó el palacio real de Esztergom y la basílica en honor a San Alberto cerca de 1190. La enorme puerta fue hecha en mármol y se veía representado en ella al rey San Esteban I de Hungría ofreciéndole a la virgen María la corona (y consigo el reino húngaro), así como en sus laterales el rey Bela III y el arzobispo Job de Estrigonia (con el pasar del tiempo la colosal puerta junto con la catedral entera se destruyeron y a principios del siglo XX arqueólogos descubrieron numerosos fragmentos de lo que fue esta “porta speciosa”, los cuales son exhibidos actualmente en el museo del castillo de Esztergom).

En 1198, el rey Emerico de Hungría donó la ciudad al arzobispo de Estrigonia, conservando solamente el palacio real sobre la colina para la figura del rey húngaro. De esta forma, el control de las diferentes dependencias, impuestos y toda clase de beneficios de la que era una de las dos ciudades más importantes del reino pasaron a manos del jerarca de la Iglesia de mayor rango en Hungría.

Durante la invasión tártara en 1241-1242, los ejércitos mongoles asediaron a Esztergom, y tras grandes matanzas avanzaron hasta el castillo, pero no pudieron tomarlo. De esta forma, los cientos de habitantes que se refugiaron en éste lograron sobrevivir el cruento ataque, sin embargo, todas las residencias que circundaban la fortaleza de la colina fueron quemadas y destruidas o bien por los propios húngaros para que nos mongoles no se beneficiasen de ellas, o por las maquinas de asedio de los invasores orientales. Tras este trágico episodio de la historia húngara, el rey Bela IV de Hungría donó la residencia real de Estrigonia al arzobispo en 1249, cediéndole al jerarca de la Iglesia el control y derechos absolutos sobre la ciudad, y el monarca húngaro movió su corte definitivamente a la ciudad de Buda en 1256, la cual rápidamente mandó a ampliar y a proteger con altas murallas (de las cuales también proveyó a Esztergom).

Tras la desaparición de la Casa de Árpad en 1301, aparecieron varios pretendientes al trono, mientras la nobleza húngara (que había conseguido gran poder e influencia) comenzó a guerrear contra y a favor de ellos según les convenía, intentando (en muchos casos exitosamente) gobernar autonómamente en sus propios territorios. En 1301, el trono de la arquidiócesis de Estrigonia estaba vacío para ese momento (solo había sido nombrado Gregorio Bicskei como procurador, no como arzobispo), así que éste llevó al joven pretendiente Carlos Roberto de Anjou-Nápoles hasta la basílica y lo coronó con una joya provisional. Ya que la ceremonia no se realizó con la corona de San Esteban, se consideró ilegítima, y al poco tiempo una parte de la nobleza encabezada por Iván Kőszegi, decidió llamar al reino al rey Wenceslao II de Bohemia para que tomase el trono vacante.

Estrigonia, como la sede del arzobispado de mayor rango en Hungría fue ocupada en 1301 por los ejércitos del noble húngaro Iván Kőszegi, al cual pronto se le unió el rey Wenceslao II y su pequeño hijo (el posterior Wenceslao III de Bohemia) a quien hizo coronar rey de Hungría por el arzobispo Juan de Kalocsa. Mientras tanto Gregorio Bicskei, gran aliado y enérgico protector del joven Carlos Roberto de Anjou-Nápoles se mantuvo fuera de Esztergom en el sur del reino junto a los ejércitos financiados por el rey de Nápoles, abuelo de pretendiente. Luego de la coronación, Wenceslao fue llevado a la corte de Buda, mientras la ciudad arzobispal continuaba ocupada por las fuerzas de Iván Kőszegi.

A Buda arribaron varios legados papales y excomulgaron a la ciudad completa por haber aceptado a Wenceslao como rey, forzándolos a que reconociesen entonces a Carlos Roberto como el heredero legítimo. Estimando que la situación se tornaba cada vez más precaria, Wenceslao II regresó al reino húngaro en 1304 y se llevó a su hijo Wenceslao de Hungría a tierras checas, dejando a Iván Kőszegi como regente en la ciudad de Esztergom. El noble húngaro saqueó el tesoro de la arquidiócesis, y mantuvo su control sobre la ciudad, así como su absoluta lealtad a Wenceslao.

Tras la muerte de Wenceslao II en 1304, el otro candidato Otón III Duque de Baviera fue coronado como rey húngaro en 1305, contando con el apoyo absoluto de Iván Kőszegi. Un nuevo arzobispo fue elegido para Esztergom en 1305, Tomás, quien se residenció en la ciudad vecina de Komarom desde donde llamo a un cónclave e intentó forzar a la nobleza húngara a aceptar a Carlos Roberto en 1307, año en el que el joven pretendiente consiguió arrebatarle a Iván Kőszegi la ciudad de Estrigonia luego de haberla asediarla. Pronto Carlos Roberto fue coronado como rey por tercera vez y una década después la nobleza se sometió a su mandato.

En 1396 una facción de la nobleza húngara no quiso aceptar el mandato del rey Segismundo de Luxemburgo, y llamó al reino al rey Ladislao I de Nápoles, pariente lejano de los fallecidos Carlos Roberto de Hungría y su hijo el posterior rey Luis I de Hungría. Ladislao de Nápoles se presentó en ese año en el sur del reino y a pesar del heroico combate de los defensores de Estrigonia, los seguidores del rey napolitano consiguieron tomar la ciudad luego de un largo asedio. Ya que no consiguió consolidar su poder, Ladislao abandonó su empresa y pronto el arzobispo de Estrigonia, Juan kanizsai recuperó la ciudad. Sin embargo, ya que el arzobispo Juan kanizsai tomó parte en una conspiración contra el rey Segismundo de Hungría en 1403, el monarca condujo personalmente sus ejércitos contra la ciudad de la arquidiócesis, la cual ocupó luego de un mes de asedio. Kanizsai continuó en su puesto hasta su muerte en 1418 y la figura del arzobispo de Esztergom continuó disfrutando de sus privilegios como lo había hecho hasta ese momento.

Entre 1450 y 1453 el arzobispo Dionisio Széchy reconstruyó la catedral, y luego su sucesor Juan Vitéz (1465-1472) comenzó la construcción del palacio arzobispal renacentista, así como la remodelación del palacio real medieval. Durante el reinado de Matías Corvino de Hungría (1453-1490) el reino húngaro se bañó con el renacimiento y el palacio de Buda fue remodelado, varias bibliotecas construidas y artistas y científicos invitados. Esta explosión renacentista y del humanismo surgió en Estrigonia con las ideas de Juan Vitéz y su sobrino Juan Pannonius, quienes educaron al rey Matías en su infancia y posteriormente planificaron las reformas del reino.

Décadas más tarde, los húngaros fueron derrotados por los turcos otomanos invasores en la batalla de Mohács en 1526, donde también murió el rey Luis II de Hungría. El trono vacío fue disputado entonces por varios pretendientes, lo que causó que el reino se dividiese en tres partes: Una occidental bajo el control de los Habsburgo, una central bajo control otomano y una oriental en la forma del Principado de Transilvania dirigido por la nobleza húngara. En este período, la ciudad de Esztergom cayó en manos turcas y comenzó una fase de decadencia.

Durante la guerra de los Quince Años, los ejércitos del comandante germánico Karl von Mansfeld y los del conde húngaro Matías Cseszneky reocuparon al ciudad que estaba en manos de los turcos otomanos, cosa que ocurrió varias veces hasta la expulsión final de los turcos de esa región en 1683, la cual fue comandada por el rey Juan III Sobieski de Polonia. Durante todas estas contiendas, la ciudad quedó casi totalmente en ruinas y despoblada. Sin embargo la figura del arzobispo de Esztergom continuó cobrando fuerza a través de las décadas, pues eventualmente se convirtió en el intermediario directo entre los húngaros y su rey, quien era el emperador germánico de la Casa de Habsburgo. El arzobispo de Esztergom, Pedro Pázmány (1616 – 1637), con sus severas reformas jesuitas recuperaron una gran parte de la población húngara que se había convertido al protestantismo en los últimos siglos.

Luego de que el rey polaco Juan III Sobieski expulsase a los turcos junto con los demás comandantes germánicos en 1699, el reino húngaro fue restablecido, hallándose bajo el completo control de los Habsburgo y así la influencia católica continuó tomando fuerza. Esto fue mal visto por la alta nobleza húngara que ya venía varios siglos luchando contra el poder germánico y otomano que deseaba apoderarse del reino expandiendo sus fronteras desde el Occidente y el Oriente, respectivamente. Fue entonces cuando movilizó sus rebeldes el conde Francisco Rákóczi II, el último noble húngaro que condujo una guerra independentista, y el 16 de septiembre de 1706 asedió y ocupó la ciudad de Esztergom personalmente. Habiendo fallado dicha empresa, la ciudad volvió a pasar a manos del rey de Hungría (el emperador Habsburgo).

En 1708 Esztergom recobró su rango de ciudad real. En 1820 regresó el arzobispo, que se hallaba refugiado en el extranjero huyendo de los turcos. En 1822 comenzó la construcción de la Basílica actual, la cual fue santificada en 1856.

Posteriormente, la nobleza húngara que seguía descontenta al sentirse oprimida por el poder de los Habsburgo, generó la guerra de independencia surgida tras la revolución húngara de 1848. Durante estos eventos, los húngaros que lideraban este movimiento, Luis Kossuth y Esteban Széchenyi, ocuparon la ciudad de Ezstergom. Fue entonces en sus proximidades que se libró exitosamente una batalla el 16 de abril de 1849 contra el ejército austríaco.

Una de las figuras más relevantes de la época moderna húngara fue el arzobispo József Mindszenty de Esztergom, quien asistió al pueblo húngaro durante la Segunda Guerra Mundial. Posteriormente fue arrestado y torturado por más de una década por el gobierno soviético, y luego de la revolución de 1956 se logró liberar y escapar a la embajada norteamericana. El resto de sus años de vida los invirtió en dar aliento al pueblo húngaro que había inmigrado a otros continentes y a denunciar las atrocidades cometidas por los comunistas, por lo cual eventualmente Moscú forzó al Vaticano a despojarlo de su dignidad arzobispal. Murió en 1975, habiendo sido un símbolo de unidad y esperanza para los húngaros de todo el mundo.

De esta ciudad cabe destacar la majestuosa basílica en honor a San Adalberto, situada a orillas del Danubio.

(Fecha de adquisición: 13/04/2015)

domingo, 20 de septiembre de 2015

125. Dedal MADRID // MADRID´s Thimble

Dedal cuadrícula de colores de Madrid.
Para el dedal 125, me gustaría mostraros un nuevo dedal de porcelana de la capital española, Madrid, de los que nos podemos encontrar en las tiendas de la franquicia madridsouvenirs.com. Este dedal es un dedal que nos muestra una imagen con varios cuadrados de varios colores, en los que podemos ver o bien un dibujo de un monumento importante de esta ciudad o bien, una letra con las que forman el nombre de la ciudad.

Así, en los tres primeros cuadrados de la primera fila que vemos en el dedal, nos encontramos con la letra M, la letra A y una imagen de La Cibeles en blanco. En la siguiente fila, nos encontramos con la Puerta de Alcalá, la letra D y la letra R. Y ya en la última fila, nos encontramos con la letra I, el dibujo del Oso y el Madroño y la letra D.

A continuación recordaremos una vez más, información sobre estos tres monumentos de la ciudad:
  1. La Cibeles. La fuente de Cibeles (más conocida por el pueblo madrileño sencillamente como La Cibeles) se encuentra en la ciudad española de Madrid, en la plaza del mismo nombre. Se instaló en 1782 en el Salón del Prado, junto al Palacio de Buenavista, de cara a la fuente de Neptuno (actualmente en el centro de la plaza de Cánovas del Castillo, en el Paseo del Prado junto al Palacio de Villahermosa, actual Museo Thyssen-Bornemisza, y al Hotel Palace). Incluye a la diosa Cibeles, símbolo de la Tierra, la agricultura y la fecundidad, sobre un carro tirado por leones. La actual plaza se llamó al principio Plaza de Madrid y en el año 1900 tomó el nombre plaza de Castelar. En la actualidad está delimitada por los grandes edificios del Palacio de Buenavista (Cuartel General del Ejército), Palacio de Linares (Casa de América), Palacio de Comunicaciones (antes sede de Correos y actualmente de la Alcaldía de Madrid) y Banco de España. Lo curioso es que cada uno de estos monumentos pertenece a un barrio distinto de Madrid. Esta fuente fue recreada por el arquitecto español Ventura Rodríguez que realizó el proyecto entre los años 1777 y 1782. Ventura Rodríguez, Maestro Mayor de la Villa y de sus Fuentes y Viajes de Agua, diseñó la fuente mediante unos dibujos a lápiz y papel. Quiso compaginar la función ornamental con la práctica, creando una figura infantil con una jarra de la que brotaba un surtidor de agua potable para el uso público. Para la construcción de la fuente fueron empleados unos 10.000 kilos de piedra. El escultor Francisco Gutiérrez Arribas esculpió la figura de la Diosa Cibeles y las ruedas del carro y el francés Roberto Michel esculpió los dos leones. Miguel Jiménez cobró 8.400 reales por labrar las cenefas decorativas del carro. Estos tres artistas trabajaron en equipo. En 1791 el nuevo Maestro Mayor de Madrid, Juan de Villanueva, propuso disponer en los costados de la fuente dos esculturas de piedra de un dragón y un oso, obra de Alfonso Bergaz hijo, que arrojaban agua por unos caños de bronce insertos en sus bocas. El dragón se destinó para uso público y el oso para que llenasen sus barriles los 50 aguadores que se acabarían asignando a la fuente. En 1862 el dragón y el oso fueron retirados. Ya en su ubicación actual, poco a poco, al elevarse las rasantes de su entorno por la renovación de la edificación circundante, la gran pila de agua de la fuente ha ido quedando semienterrada. Parece ser que en principio esta fuente iba destinada a los Jardines de La Granja de San Ildefonso en Segovia, pero cuando se empezó a remodelar el ancho Paseo del Prado, la fuente se colocó frente al Palacio de Buenavista, muy cerca de él, a la entrada del Paseo de Recoletos y mirando hacia la otra gran fuente, la de Neptuno. Entre ella y el palacio había unos edificios pequeños donde estaba ubicada la Inspección de Milicias y más tarde la Presidencia del Consejo de Ministros, hasta que en 1780, se incendió todo el grupo. Instalada la fuente en 1782, no funcionó hasta el año 1792. En 1895 se trasladó el monumento al centro de la plaza, colocando a la diosa mirando al primer tramo de la calle de Alcalá. Este traslado levantó mucho revuelo y críticas que se vieron reflejadas en la prensa de la época donde se dieron todos los detalles de la polémica entre el Ayuntamiento y la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando. Hasta el año 1981 no hubo ninguna restauración. La figura principal es la diosa Cibeles, obra del escultor Francisco Gutiérrez. Está montada en un carro dispuesto sobre una roca que se eleva en medio del pilón. En sus manos lleva un cetro y una llave y en el pedestal se esculpieron un mascarón que escupía agua por encima de los leones hasta llegar al pilón, más una rana y una culebra que siempre pasan desapercibidas. Dos leones esculpidos por el francés Roberto Michel, tiran del carro. Los leones representan a los personajes mitológicos Hipómenes (o Melaión) y Atalanta, la gran cazadora del grupo de Diana. Hipómenes se enamoró de ella y consiguió sus favores con la ayuda de Afrodita y del truco de las manzanas de oro, pero al cometer los amantes sacrilegio cuando se unieron en un templo de Cibeles, Zeus se enfureció y les convirtió en leones condenándoles a tirar eternamente del carro de la gran diosa.
  2. Puerta de Alcalá. La Puerta de Alcalá es una de las cinco antiguas puertas reales que daban acceso a la ciudad de Madrid. Se encuentra situada en el centro de la rotonda de la Plaza de la Independencia, diseñada por el urbanista Ángel Fernández de los Ríos en el año 1877. En el cruce de las calles de Alcalá, Alfonso XII, Serrano y Salustiano Olózaga, junto a las puertas del Retiro: Puerta de España, Puerta de la Independencia (entrada principal a los jardines del Retiro) y Puerta de Hernani. La ciudad de Madrid contó, ya desde su origen, con numerosas puertas y portillos de acceso a la ciudad a través de su muralla. En la edad media el castro defensivo situado en la posición del antiguo Alcázar hizo que se construyera una muralla defensiva a su alrededor. Esta muralla poseía una serie de salidas o puertas notables por las que transitaba la población constreñida a los límites de la muralla. Las murallas y las puertas tenían un carácter de control fiscal de mercancías, al mismo tiempo que defensivas. Dependiendo de la historia las puertas y murallas podrían tener unas características u otras. A medida que la ciudad fue creciendo en tamaño, la muralla fue re-construyéndose con un radio creciente se llegó a la denominada muralla cristiana que marcaba unos nuevos límites. Con la llegada de Felipe II en 1561 y la instauración de la Corte en la ciudad, la villa experimenta un crecimiento demográfico sin precedentes. Esta situación hizo que incrementara nuevamente la población de forma extraordinaria, y con ello, la nueva cerca construida tendría nuevamente un perímetro mayor. Este perímetro dará lugar a un nuevo número de puertas y portillos. La puertas proliferaban en el siglo XVII, y entre ellas se encontraba la de Alcalá. Las salidas de Madrid estaban flanqueadas por cinco puertas reales o de registro (es decir aquellas en las que se pagaban los impuestos): la de Segovia (denominada también del Puente de Segovia), Guadalajara, Toledo, Atocha, la de Alcalá y Bilbao (o de los Pozos de la Nieve), y catorce portillos de menor importancia o de segundo orden a (abiertos en distintas fechas): Vega, Vistillas, Gilimón, el Campillo del Mundo Nuevo, Embajadores, Valencia, Campanilla, Recoletos, Santa Bárbara, Maravillas, Santo Domingo (o Fuencarral ), Conde Duque, San Bernardino (o de San Joaquín) y San Vicente. Las puertas principales permanecían abiertas hasta las diez de la noche en la época invernal, y en el estío una hora más debido a la mayor longitud del día. Tras este horario, y sólo en caso necesario, un retén permitía el paso. El oficio de vigilancia lo hacían portazgueros. Sin embargo los portillos se abrían a las primeras horas del día y se cerraban con la puesta del sol, permaneciendo bajo cierre toda la noche. Entre todas esas puertas principales, la de Alcalá, era una de las más importantes antes de la llegada de Carlos III. La dignificación de los accesos a la Villa era un claro objetivo en la mejora del urbanismo de la ciudad, y este objetivo incidía directamente contra este acceso y su conversión a monumento. La existencia desde finales del siglo XVI tenía entre sus muchas funciones la de ofrecer una cañada real (la Cañada Real Galiana), por la Puerta pasaban los rebaños de ovejas trashumantes. Todavía existen sendos mojones a ambos lados de la calle que indican su categoría de vía pecuaria.
  3. Oso y Madroño. La estatua del oso y del madroño es una escultura de la segunda mitad del siglo XX, ubicada en la ciudad española de Madrid. Representa las armas heráldicas de la villa y se encuentra instalada en la cara oriental de la Puerta del Sol, entre las calles de Alcalá y Carrera de San Jerónimo, en pleno centro histórico de la capital. La estatua es obra del escultor Antonio Navarro Santafé (1906-1983) y se inauguró en 1967. Fue promovida por la sección de Cultura del Ayuntamiento de Madrid, que quiso representar monumentalmente los principales símbolos heráldicos de la ciudad y de España. La primera aparición de un oso rampante y de un madroño frutado en el escudo de la villa se sitúa en el siglo XIII. Con anterioridad, las armas incorporaban únicamente a un oso en actitud pasante, sustituido a partir del citado siglo por las dos actuales figuras. Con este cambio se quiso simbolizar la resolución adoptada por el municipio y el Cabildo de Curas y Beneficiarios, tras un largo litigio por el control de los pastos y árboles de las tierras madrileñas. Según este acuerdo, los primeros pasaron a ser propiedad del Cabildo y los segundos del concejo. De ahí que se modificasen las armas, con la inclusión de un madroño y de una nueva postura para el oso, irguiéndose sobre el árbol. La escultura siempre ha estado en la Puerta del Sol, aunque con dos ubicaciones diferentes dentro de la plaza. Hasta 1986 estuvo situada en el lado oriental de la misma, en las inmediaciones del edificio que se levanta entre la calle de Alcalá y la Carrera de San Jerónimo. En ese año fue trasladada al inicio de la calle del Carmen, en el contexto de las obras de reforma y remodelación de la plaza impulsadas por el alcalde Enrique Tierno Galván. En septiembre de 2009, con la renovación integral de la plaza promovida por Alberto Ruiz-Gallardón, ha vuelto a su emplazamiento original. La estatua del oso y del madroño está realizada en piedra y bronce. Pesa aproximadamente 20 toneladas y mide 4 m de altura. Descansa sobre un pedestal cúbico escalonado, hecho en granito. Representa de forma realista las armas heráldicas de Madrid, con el madroño superando en altura al oso y éste apoyando sus manos sobre el tronco y dirigiendo sus fauces hacia uno de los frutos.
(Fecha de adquisición: 13/02/2015)