martes, 8 de septiembre de 2015

113. Dedal SAN ANDRÉS DE TEIXIDO // SAN ANDRÉS DE TEIXIDO´s Thimble

Dedal madera de San Andrés de Teixido. A Coruña.
En la entrada de hoy, me vuelvo a desplazar al pueblecito gallego de San Andrés de Teixido, del que ya os tengo enseñado algún dedal en este blog. En esta ocasión os quiero enseñar este dedal de madera, que me regalaron mi amiga Albiña y su novio Javi, la última vez que fueron hasta allí. En este dedal, podemos observar un dibujo del Santuario de San Andrés y el nombre del pueblo.

Como ya os había comentado en la entrada anterior, San Andrés de Teixido (Santo André de Teixido en gallego y oficialmente) es una aldea ubicada en la parroquia de Régoa, al este del municipio de Cedeira, en la Sierra de A Capelada, cerca de los acantilados sobre el mar. Según el INE en 2007 tenía 49 habitantes (29 hombres y 20 mujeres). En este lugar se encuentra el santuario del mismo nombre, famoso lugar de peregrinación.

La capilla de San Andrés es un famoso santuario a donde, según el dicho popular vai de morto quen non foi de vivo (va de muerto quien no fue de vivo).

Los romeros tenían la costumbre de tirar una piedra en los túmulos o “milladoiros” (se llaman “amilladoiros” en la comarca de Cedeira) que se encontraban a ambos lados del camino (se contabilizan hasta 20 milladoiros entre el lugar de Veniño y Teixido). Las piedras de los milladoiros dice la leyenda que “hablarán en el Juicio final” para decir qué almas cumplieron con la promesa de ir a San Andrés.

Los milladoiros son montones de piedras que los romeros van dejando en lugares determinados: cerca de un santuario, cruces de caminos, parajes sagrados, etc. En las cercanías de San Andrés, al lado de las cuestas de bajada al santuario se conservan más de media docena de milladoiros (algunos en perfecto estado), formados por miles y miles de piedras que los peregrinos han ido depositando a lo largo de los siglos. Es posible que los milladoiros que hay en este lugar sean los únicos en el mundo con estas características. Esta costumbre se sigue practicando por los romeros que peregrinan al santuario de San Andrés, como demuestra el extraordinario milladoiro que hay en el lugar de “O Campo do Choíño” en la llamada “Costa Pequeña”.

Se cree que la peregrinación a Teixido comenzó a partir de la Edad de hierro, durante la cultura castreña, aunque de hecho el primer registro de la existencia de peregrinación aparece en el año 1391, en el testamento de una señora de Vivero, cuyo original en gallego antiguo dice así:
Iten mando yr por min en romaria a Santo Andre de Teixido, porque llo tenno prometudo, et que le ponnan enno seu altar hua candea commo he hua muller de meu estado. Original en gallego, 1391.
Hago ir por mi en romería a San Andrés de Teixido, porque se lo tengo prometido, y que le pongan en el altar una vela del tamaño de una mujer de mi estado. Traducido al castellano.
Curiosamente, en la zona de Cotobade, se le llama Camiño de Santo André a la Vía Láctea y se dice que termina encima de la capilla del santuario.

El Padre Sarmiento se refería, en el año 1703, a esta iglesia como pequeño monasterio del que se tiene constancia desde el siglo XII, bajo la protección de los condes de Trava. En 1196 se lo entregaron a la orden de San Juan de Jerusalén, los cuales tenían su base en Portomarín. Años más tarde el templo pasó a manos de los Andrade de San Sadurniño, familia de la que se conservan sus escudos en la fábrica, junto con la cruz de los Caballeros de la Soberana Orden Militar y Hospitalaria de San Juan de Jerusalén, de Rodas y de Malta. San Juan de Jerusalén y la leyenda de SAN IVAN (San Juan en caracteres medievales, no San Iván como podría interpretarse).

Esta doble dependencia del santuario se configuró como una fuente de conflictos para el control de las ganancias romeras, como el largo litigio por los diezmos entre los Andrade y el priorato de Portomarín. Contradictoriamente esta inestabilidad coincidió con una bonanza económica del santuario materializada en la construcción del retablo barroco en 1624, llegando a la reedificación del presbiterio en 1665 y la nave en 1785.

Atendiendo a su estructura se trata de un templo gótico de tipología marinera. El elemento antiguo que se conserva es el arco triunfal, de tipo apuntado.

Las partes más antiguas corresponden a la época de los Andrade: el ábside -que era inicialmente abovedado- y la puerta lateral compuesta por un arco conopial de tipo isabelino (propio del gótico tardío), y que debió de servir de puerta principal del templo desde el siglo XV al XVIII.

Este diseño se complementó con la construcción de la nueva fachada y la torre campanario, terminada en 1781 gracias al aumento de los beneficios producto del auge romera de la época.
La capilla mayor data de 1789 y fue realizada por Miguel López de la Peña.

En el año 1970 se descubrieron pinturas murales con la representación del martirio de San Andrés.

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