miércoles, 6 de enero de 2016

228. Dedal CELTA DE VIGO // CELTA DE VIGO´s Thimble

Dedal Escudo Celta de Vigo.
Con este dedal que os quiero enseñar en esta nueva entrada estreno una nueva categoría. Esta categoría es la denominada “Equipos de fútbol”, y en ella podréis encontrar dedales con los escudos de los equipos de fútbol del mundo.

Para inaugurar esta categoría os quiero enseñar el dedal del equipo de la ciudad de Vigo, el Real Club Celta de Vigo.

El Real Club Celta de Vigo S. A. D. es un club de fútbol español que actualmente juega en la Primera División de España. Fue fundado en Vigo en 1923 a partir de la fusión del Vigo Sporting y el Real Fortuna. El club disputa sus partidos como local en el estadio de Balaídos, con capacidad para 29.000 espectadores e inaugurado en 1923. El Celta ocupa la duodécima plaza en la clasificación histórica de la LFP, mejorable si no fuera por el nuevo sistema de 3 puntos por victoria.

Los mayores éxitos deportivos del Celta, son los tres subcampeonatos de Copa de SM el Rey (Copa de España) en 1948, 1994 y 2001. Esta temporada, el club vigués se convierte en el décimo club español con 50 temporadas disputadas en el Campeonato Nacional de Liga de Primera División. A nivel continental, ha disputado siete veces la Copa de la UEFA y una vez la Liga de Campeones de la UEFA (2003/04).

Los colores del club son camiseta azul celeste, pantalón blanco y medias azul celeste, motivo por el cual el club es conocido popularmente como celestes. El escudo del Celta de Vigo no ha cambiado excesivamente desde su fundación en 1923. El escudo céltico original constaba de dos letras C (Club Celta) inscritos en un escudo medieval francés con la corona real heredada de sus predecesores. El club mantiene una histórica rivalidad con el Real Club Deportivo de La Coruña, con quien disputa el Derbi gallego, uno de los derbis con más tradición de España.

La tradición del fútbol en Galicia data de comienzos del siglo XX. Fue en Vigo donde esta modalidad deportiva tuvo sus primeras manifestaciones. El deporte rey comenzó a practicarse en los ya desaparecidos muelles de la ciudad por los trabajadores británicos de Eastern Telegraph Company Ltd., empresa instalada en 1873 en Vigo para encargarse de la instalación del cable telegráfico entre Gran Bretaña y la Península. Esta empresa promovió en 1895 el primer equipo estable de la ciudad del que se tiene constancia en la prensa, llamado Exiles Cable Club, el cual disputó varios encuentros contra tripulaciones mercantes y militares británicas de paso por la ciudad.

Al poco tiempo nacieron sociedades mixtas de gallegos y británicos como el Petit FC.

Desde el principio, los dos equipos se revelaron como rivales de potencia semejante, y sus enfrentamientos generaban grandes movimientos de hinchas. Su prestigio adquirió amplia dimensión en todo el país, y la preponderancia fue tan notoria que a partir de 1906 y hasta 1923 uno de los dos equipos vigueses fue siempre sin interrupción ganador del Campeonato de Galicia.

El 10 de agosto de 1923, con el objetivo de fortalecer la categoría del fútbol vigués, el Real Vigo Sporting Club y el Real Club Fortuna de Vigo se fusionaron creando así el Club Celta de la mano de Manuel de Castro “Handicap” y Juan Baliño Ledo, los principales promotores del proyecto.

Se eligió Celta de Vigo como nombre del equipo entre otras propuestas (como, por ejemplo, Breogán) y el color celeste para la equipación, ya que el objetivo de su creación era ser el estandarte del fútbol gallego. De esta forma nace el Real Club Celta de Vigo, que en un primer momento contaría con la impresionante cifra de 64 jugadores y con Manuel Bárcena de Andrés, Conde de Torrecedeira, como primer presidente del club.

El primer encuentro frente a otro club fue el 23 de septiembre de 1923 frente al Boavista FC portugués. La alineación inicial del Celta fue: Isidro, Otero, Pasarín, Queralt, Balbino, Jacobo Torres, Reigosa, Gerardito, Chicha, Polo y Pinilla. El enfrentamiento concluyó con 8-2 a favor del equipo vigués. Posteriormente se enfrentaría al Cracovia, campeón polaco, obteniendo también la victoria.

En la temporada 1923-1924 el Celta intervino por primera vez en un campeonato oficial. Entonces solo había ligas regionales y la correspondiente a Galicia era el Campeonato de Galicia. El Celta terminó líder del torneo por delante del Eiriña CF de Pontevedra, el Racing de Ferrol y el Unión Sporting Club.

Esa misma temporada debutó en la Copa de España, siendo eliminado en la primera ronda por el Athletic de Bilbao, que era el vigente campeón. En el descanso de verano se organizó un encuentro amistoso entre el Celta y la Selección de fútbol de Uruguay aprovechando el paso por Vigo de dicha selección, que iba rumbo a las Olimpiadas de París en los que ganó la medalla de oro.

En 1924-1925 el equipo celtiña vuelve a ganar el Campeonato de Galicia. Esa misma temporada tuvo lugar en el campo de Coia una nueva contienda internacional. Dicha ocasión fue ante Boca Juniors en los dos encuentros de inauguración de la gira europea del equipo argentino. La alineación del Celta fue: Ruíz, Juanito, Rey, Cancela, Balbino, Pepe Hermida, Reigosa, Ángel Hermida, Chicha, Polo y Casal; mientras que Boca Juniors saltó al campo con Tesorieri, Bidoglio, Muttis, Médici, Vaccaro, Ellis, Tarasconi, Cerrotti, Garasini, Seoane y Onzari. El primer encuentro, que reunió a 25.000 personas, se disputó el 5 de marzo de 1925 y acabaría con victoria argentina por 3-1, con goles de Cerrotti (2) y Onzari por parte de Boca y de Polo por parte del Celta. El segundo encuentro sería tres días después, consiguiendo esta vez el Celta la victoria frente a Boca Juniors por 3-1, con goles de Juanito (2) y Reigosa y marcando Garasini por parte de los argentinos. Esta sería una de las tres únicas derrotas de los 19 encuentros que disputaría Boca Juniors en esta gira, junto a las que sufrió ante el Real Unión y el Athletic de Bilbao. El Celta completaría este buen papel internacional empatando poco después en otro enfrentamiento contra la selección uruguaya, ya por entonces campeona olímpica.

En 1927-1928 el Celta conquista nuevamente el título de campeón de su división, que abarcaba las regiones de Galicia, Asturias y Castilla y León. Seguidamente empieza una gira en la que se enfrentó con varios equipos argentinos y uruguayos. En ese mismo año, 1928, se inauguró el nuevo Estadio de Balaídos, formando el once del primer equipo céltico que pisó el césped del mismo Lilo, Cabezo, Pasarín, Pareditas, Cárdenes, Vega, Reigosa, Chicha, Rogelio, Polo y Graciliano. Como rival tuvo en aquella ocasión al Real Unión, uno de los grandes del fútbol español de la época. A pesar de ello cayó frente a los vigueses por siete goles a cero (7-0), obra de Graciliano, Chicha, Reigosa, Rogelio, Polo (2) y Losada.

La temporada 1929-1930 fue la primera del campeonato que se disputa en la actualidad y que comprende la totalidad de España. Al Celta le correspondía jugar en Primera División por la herencia de los títulos de los clubes fundadores, el Vigo Sporting y el Fortuna, ya que el primero de los nombrados conquistó el subcampeonato de la Copa de España de 1908. A pesar de todo, el Celta tuvo que comenzar la historia liguera en Segunda División debido al voto negativo de algunos equipos, entre ellos el Deportivo de la Coruña. Al final de la temporada el Celta terminó en la posición 9.ª de un total de 10 equipos, consumando el primer y único descenso en toda la historia del club a Tercera División, ya que por aquel entonces todavía no se había creado la Segunda División B al no resultar esta necesaria debido al bajo número de equipos existentes en la época. Al año siguiente, el Celta recuperó la categoría perdida, regresando a Segunda División.

La temporada 1931-1932 el Celta ganó de nuevo el título de Campeón Gallego, esta vez habiéndose enfrentado contra el Deportivo de la Coruña, el Racing de Ferrol, el Eiriña CF, el Burgas y el CD Ourense. Posteriormente llegó a las semifinales de la Copa de España, siendo eliminado por el Fútbol Club Barcelona.

En la temporada 1934-1935, bajo la presidencia del empresario vigués Cesáreo González Rodríguez, el Celta quedó campeón del Grupo 1 de Segunda División. Sin embargo, no llegó a conseguir el ascenso a Primera División ya que en la liga de promoción, en la que se enfrentaban los dos primeros de cada uno de los cuatro grupos de la división de plata, y en la cual ascendían los dos primeros clasificados en la misma, el club vigués quedó tercero a tan solo un punto del Atlético Osasuna. Con todo, la temporada siguiente el club consiguió el ansiado ascenso tras quedar primero de grupo y campeón de la liga de promoción. Aún así, el debut en Primera División tuvo que esperar tres años a causa de la Guerra Civil, siendo el Celta el primer equipo gallego en debutar en Primera, ya que el Deportivo de la Coruña lo haría dos temporadas más tarde, en la temporada 1939-1940.

En 1939 el Celta debutó al fin en la máxima categoría. La primera temporada el club consiguió mantener la categoría gracias a la victoria conseguida en el partido de promoción por la permanencia.

La siguiente temporada tampoco fue demasiado buena, salvándose el club de la promoción por un punto de diferencia. En las temporadas 1941-1942 e 1942-1943 consiguió un meritorio 5º puesto. Sin embargo, en la temporada 1943-1944 el equipo desciende tras quedar en la última posición, comenzando a partir de entonces un ciclo de ascensos y descensos.

A partir de 1947 el equipo vivió una época de esplendor, adiestrado por el mítico arquero internacional Ricardo Zamora. En la temporada 1947-1948 concluyó el campeonato nacional de liga de Primera División en la cuarta posición, a 6 puntos del campeón, el FC Barcelona, al que consiguió derrotar por 3-2 en un estadio de Balaídos que el Celta convirtió en feudo inexpugnable, en el que también cayeron goleados el Athletic Club (5-1), el Valencia (5-2) y el Real Madrid (que cosechó aquella temporada sendas derrotas por 4-1 frente a los celestes, tanto en Vigo como en Chamartín). Pahiño, que con 23 goles se alzó con el título de pichichi del campeonato, y Hermidita, con 14, fueron los máximos anotadores en una plantilla en la que formaron también Simón, Mesa, Cabiño, Gaitos, Gabriel Alonso, Yayo, Roig, Miguel Muñoz, Aretio, Vázquez, Retamar, Zubeldia, Salas, Marzá, Venancio, Bermejo y Montoro. La magnífica temporada tuvo su guinda con el subcampeonato de la Copa del Generalísimo. El Celta alcanzó la final, que se disputó en el estadio madrileño de Chamartín el 4 de julio de 1948, después de superar una agónica eliminatoria de semifinales frente al RCD Español, que precisó de dos partidos de desempate para resolverse, con sus respectivas prórrogas, los cuales se celebraron en Madrid la misma semana de la final. Las gestiones de la directiva céltica para conseguir un aplazamiento resultaron infructuosas y el equipo saltó al césped del coliseo madridista para enfrentarse al Sevilla FC. A los 6 minutos de juego un gran disparo de Miguel Muñoz adelantó al Celta en el marcador. Pero el Sevilla reaccionó enseguida, y en el minuto 19 consiguió el empate. El Celta mantuvo el tipo tres cuartos de hora más, pero tras el descanso, en un fatídico minuto 14, los vigueses encajaron el segundo gol, en una jugada que significó además la lesión del portero Simón, que le obligó a retirarse del terreno de juego. Por aquel entonces el reglamento no permitía sustituciones, por lo que el equipo jugó con 10 jugadores y el puesto bajo palos tuvo que ser cubierto por Gabriel Alonso, quien encajó dos goles más en los siguientes 15 minutos, finalizando el encuentro con el marcador el definitivo 4-1 a favor de los andaluces.

En los años 50 siguió en la línea de buenos resultados de finales de los 40 y se mantuvo entre los equipos destacados de Primera División.

El final de esa etapa de esplendor llegó con el descenso en la temporada 1958-1959. El purgatorio de 2.ª se prolongó durante casi toda la totalidad de la década de 1960, pues a pesar de contar con varias oportunidades (promociones contra Real Valladolid en 1960, Real Oviedo en 1961 y CE Sabadell FC en 1966), el pretendido ascenso le resultó esquivo hasta la temporada 1968-1969, año en el que consiguió el regreso a la categoría de oro.

El Celta de los años 70 volvió a marcar hechos en el fútbol gallego. Después de una primera temporada 1969-1970 de reencuentro con la categoría, el Celta de la temporada 1970-1971, dirigido por Juanito Arza, uno de sus verdugos sevillistas en la final de 1948, mantuvo Balaídos invicto. El conjunto de los Quique Costas, Manolo, Lezcano, Doblas, etc. concluyó la liga clasificado en un sexto lugar que le permitió clasificarse para la primera edición de la Copa de la UEFA, la que representó la primera participación de un equipo gallego en las competiciones europeas, siendo así el Celta el primero en llevar el nombre de Galicia por Europa. La experiencia, con todo, fue efímera, al no poder superar la primera eliminatoria frente al Aberdeen FC escocés.

A partir de la temporada 1974–75 el Celta se instala en el “ascensor”, encadenando descensos y ascensos entre Primera y Segunda. Así, al descenso de la campaña 1974–75 siguieron un ascenso en la temporada 1975–76, un nuevo descenso en la 1976–77 y otro ascenso en la 1977–78. Tanta inestabilidad acabó por pasar factura, y tras el descenso a Segunda División de la temporada 1978–79, sucedió la mayor calamidad en la historia reciente del club: un descenso a la Segunda División B en la temporada 1979–80.

La nefasta temporada 1979–80, que se cerró con un descenso a 2.ª B consumado en la última jornada, llevó consigo la contratación del técnico iugoslavo Milorad Pavić, que obró el milagro de hacer al equipo campeón de 2.ª B y, al año siguiente, de 2.ª A, recuperando en dos temporadas consecutivas todo el terreno perdido. Militaban por entonces en el equipo algunos de los grandes mitos del celtismo de los años 80, como Pichi Lucas, pichichi de Segunda División esa misma temporada con 27 goles, o el portero Javier Maté.

El Estadio de Balaídos se dispuso a estrenarse como campo de la fase final del Mundial de Fútbol de 1982 en su mejor condición, como sede de un equipo de primera categoría. El Celta aprovechó esta circunstancia para organizar una homenaje a su gran capitán, Manolo, un hombre que protagonizó todas las alegrías y desventuras de la década anterior, desde las mieles de la UEFA y los ascensos a los disgustos de los descensos, y de ese modo se celebró un encuentro amistoso contra la selección polaca, que concluyó el mundial en tercer puesto.

El tercer año de Pavic (1982–83), de nuevo en Primera, concluyo de forma muy triste en el Estadio José Zorrilla de Valladolid, con una derrota que materializó un descenso olívico más. Las temporadas 1983–84 y 1984–85, en Segunda División, se vivieron de forma muy distinta.

En la primera de ellas, sexto clasificado, el ascenso se escapó finalmente por un solo punto: campeón el Castilla de la Quinta del Buitre y subcampeón el Bilbao Athletic del pichihi Julio Salinas, ambos los filiales del Real Madrid y del Athletic Club, respectivamente, y por tanto imposibilitados para el ascenso, subiendo por ello el 3º, 4º y 5º clasificados, Hércules CF, Racing de Santander y Elche CF, con 3, 2 y 1 puntos más que los vigueses.

En la temporada siguiente el equipo, entrenado por Félix Carnero, jugador fundamental en los 70 y posteriormente Director Técnico imprescindible del gran Celta del primer lustro de los 2000, logró su objetivo en una liga que pudo malograrse por los convulsos acontecimientos de las primeras jornadas, cuando una huelga de jugadores a nivel nacional obligó a los clubs a alinear a jugadores juveniles en las primeras jornadas. Superadas todas las dificultades, aquel Celta de Félix, comandado por Javier Maté, Lemos, Atilano, Alvelo, Cortés, Pichi Lucas y el líbero mundialista hondureño Gilberto, recuperó una vez más la plaza en la máxima categoría.

La temporada 1985–86 supuso un nuevo fracaso. La contratación del brasileño Baltazar no fue suficiente para fortalecer un equipo gafado, que empezó a fraguar su desgracia en el encuentro inaugural del campeonato; a pesar de arrancar un valioso empate a domicilio frente a la Real Sociedad de Arconada, Satrústegui, Zamora y López Ufarte, en el Estadio de Atotxa cayó lesionado de gravedad el portero céltico Javier Maté, una de las grandes estrellas del equipo, que dijo adiós a la temporada. Aquella lesión coincidió con el servicio militar de su sustituto, la gran promesa navarra Patxi Villanueva, por lo que la responsabilidad de cubrir la portería celeste recayó en el tercer portero del equipo, Chuco. Durante bastantes encuentros de la primera vuelta, el centrocampista Vicente tuvo que ser el designado para alinearse en el acta como portero suplente.

Cuando se reabrió el mercado de fichajes, el Celta se hizo con los servicios del gallego Pereira, procedente del Atlético de Madrid, pero su concurso no pudo contrarrestar la dinámica negativa, y el descenso se consumó con muchas jornadas de anticipación.

En esta temporada comenzó la relación con Citroën como principal empresa patrocinadora del club, debido a la relación de la empresa automovilística con la ciudad a través de su fábrica de Vigo.

En 1986, alarmada por el declive de la audiencia y repercusión del fútbol, a federación decidió innovar e el sistema de competición para el campeonato de 1986–87 en Primera y Segunda División, de modo que tras una fase regular en la que se enfrentarían todos los equipos entre si a doble vuelta, se conformarían 3 grupos que pelearían por distintos objetivos. Para el comienzo de la temporada, el Celta conservó el bloque de jugadores de la temporada anterior, esta vez a las órdenes del británico Colin Addison. La incorporación más destacada fue la del central irlandés Jimmy Hagan, fichado para reforzar al equipo con vistas al tramo decisivo da competición. Acabada la fase regular del campeonato en la cuarta plaza, el Celta quedó encuadrado en el grupo par, junto a Deportivo, Castellón, Málaga, Rayo Vallecano y Sestao.

Las victorias sobre los coruñeses, permitieron al cuadro celeste llegar a la última jornada dependiendo de si mismo para conquistar el ascenso: solo una derrota céltica permitiría al Castellón, que se enfrentaba al Deportivo de Eusebio Ríos en el Anxo Carro de Lugo, soñar con la posibilidad de ascender. Los albinegros recibieron facilidades de los desterrados herculinos, que alinearon un equipo formado por jugadores juveniles y del filial; no desaprovecharon la ocasión y se impusieron con comodidad. Con todo, su victoria resultó pírrica, puesto que el Celta, arropado por cientos de aficionados desplazados en un convoy ferroviario especial a Sestao, logró mantener el empate que le servía para ascender a primera junto al Valencia y el Logroñés, vencedores del grupo impar.

Tras el éxito en la liga más larga de la historia, culminada con el ascenso y el pichichi para Baltazar, la temporada 1987–88 se presentaba como la oportunidad para Colin Addison de lucirse en la élite del fútbol español. Con todo, sorprendentemente el técnico no se incorporó a dirigir la pretemporada.

La dirección del cuadro de jugadores recayó en José María Maguregui, quien consiguió mantener el nivel del equipo en la nueva categoría, acariciando la posibilidad de retornar a las competiciones europeas al ocupar durante muchas jornadas los puestos de cabeza.

Pero, el equipo bajó su rendimiento en las últimas jornadas y concluyó el campeonato en séptimo puesto. Maguregui presentó su dimisión varias jornadas antes de la conclusión, debido al malestar que provocó entre los aficionados la confirmación de su compromiso para liderar la temporada siguiente el Proyecto II de Jesús Gil en el Atlético de Madrid, precisamente el equipo contra el que el Celta estaba luchando por una plaza para la Copa da UEFA.

Maguregui llevó consigo al goleador Baltazar, que en el Atlético consiguió proclamarse pichichi.

Con todo el Celta no los echo de menos. Sustituido al vasco por el asturiano Novoa, antiguo jugador céltico, y al brasileño por su compatriota Amarildo, el Celta de la temporada 1988/89, con las incorporaciones de Zoran Marić y Pedro Herrera, registro números muy similares a los de la campaña anterior, concluyendo el torneo liguero en octava posición.

Pero este periodo caracterizado por el juego brillante fue breve. La sensacional campaña de Amarildo no pasó desapercibida para los grandes de Europa y la lluvia de ofertas se concretó en un traspaso, estratosférico para la época: la Lazio de Roma, pagaría 200 millones de pesetas por el jugador. En la siguiente temporada, temporada 1989–90, el Celta ficharía a otro delantero brasileño, Nílson, confiando en repetir el éxito de las contrataciones anteriores. Con todo, su rendimiento fue muy inferior al esperado. Se incorporó también otro brasileño, Fabiano, que rindió por encima de su compatriota. Fue fichado también un jugador del Deportivo, el delantero Vicente Celeiro. A pesar de todo esto el equipo no consiguió mantener la categoría.

Hubo que esperar a la temporada 1991/92 para que el Celta ascendiera a la Primera División, el exjugador internacional Txetxu Rojo, incorporado a finales de la temporada pasada, construyó un equipo sólido de elevada fluidez con el título de campeón de la Segunda División varios días antes de la conclusión de la liga. El veterano Javier Maté cedió la propiedad bajo los palos al prometedor Patxi Villanueva, quien atrapó una magnífica temporada. El personal técnico del mercado Sondara Balkan trajo dos contrataciones: el defensa Goran Juric y el delantero Vladimir Gudelj, un goleador joven y corpulento serbio – bosnio que se proclama Pichichi de la categoría. Pronto el joven Gudelj se convirtió en un jugador muy querido por los celtistas. La alegría que le proporcionó a Gudelj el éxito del fútbol contrasta con la inquietud por los acontecimientos que tuvieron lugar en su país, había estallado una sangrienta guerra que llamó a su familia. Se fichó también otro ídolo del eterno rival, el interior “Flaco” Gil. Fabiano se convirtió en director de juego y el jugador George Otero se consolidó en el lado derecho.

Tras conseguir el ascenso, el Celta se enfrentó en esos días a otro reto trascendental para el futuro: la conversión en SAD era necesario para cubrir el capital establecido por el Consejo Superior de Deportes para permanecer en las competiciones profesionales. Por último, el celtismo respondió a las llamadas de la directiva presidida por Ignacio Núñez que pudo liquidar ese trámite. Reintegrado una vez más en la Primera División, durante la temporada 1992-93 Chechu Rojo consiguió dotar al equipo de una solidez defensiva que proporcionó a su portero el trofeo Zamora por el menos goleado empatado con Paco Liaño. Santiago Cañizares, fichado ese verano, comenzaba a recorrer el camino que le llevaría la internacionalidad y a defender la portería española en el Mundial de los Estados Unidos en 1994.

El eje de esta defensa de Rojo se reforzó con un central internacional que el preparador bilbaíno conocía ben: su colega Patxi Salinas, que fue el complemento a la solvencia y clase de Goran Jurić. Xurxo Otero se apropió del lateral derecho y el izquierdo se confió al campeón olímpico, Rafael Berges. En la vanguardia se incorporó un extremo campeón de Europa, Milorad Ratković, para asistir al ariete serbio-bosnio. En esta temporada se conquistaría plácidamente la permanencia.

En 1994 se vivió la mayor mobilización de la historia del celtismo, con desplazamiento a Madrid de los 25.000 aficionados para los que se ofrecieron localidades de la Copa del Rey, el 20 de abril de 1994. El Celta de Chechu Rojo alcanzará la final tras superar en las semifinales al Tenerife de Jorge Valdano, que se presentaba en esa cita coma el gran favorito. En el primero partido, el Celta obtuvo la victoria por 2-0 en Balaídos por obra de Gudelj. Con el pase a la final prácticamente asegurado, en el encuentro de vuelta el Tenerife le puso emoción empatando a 2-2 la eliminatoria a media hora de la conclusión pero en 5 minutos de inspiración, de nuevo Gudelj, anotó dos tantos poniendo como resultado final un 4-2 que daba el pase a la final al Celta.

Tras superar las semifinales, el rival que esperaba en la final era el Real Zaragoza, entrenado por Víctor Fernández, equipo que cegaba en Europa con su fútbol. Tras finalizar los primeros 90 minutos y la prórroga en empate, finalmente se llegó a los penaltis, donde el portero blanquillo Andoni Cedrún detuvo un penalti muy mal ejecutado al defensa del Celta, Alejo, y tras ese error clamoroso, Higuera marcó el penalti definitivo que llevó la Copa del Rey a la ciudad de Zaragoza, dejando en mal lugar a los aficionados gallegos.

La Ley del Deporte obligaba a los equipos, que se convertirán gradualmente en Sociedades Anónimas Deportivas, a presentar unos avales como previsión de deudas antes del 1 de agosto de 1995. Por causas diversas, el Sevilla FC y el Celta de Vigo no pudieron cumplir tales plazos, por lo que fueron descendidos administrativamente a Segunda División B. Decenas de miles de aficionados de ambos clubes se echaron a la calle repetidas veces para defender los intereses de sus equipos. A pesar de que se solicitó un tiempo de espera para la constatación de la ausencia de estos avales, la Federación desde el primer momento entregó las plazas al Real Valladolid y al Albacete Balompié, quienes tenían que descender ese año. Al final, la presión de las aficiones consiguió hacer retractarse la Federación y esta terminó admitiendo a los cuatro clubes en Primera División, formando una liga de veinte y dos equipos que tuvo dos años de vida.

Durante estos años, el Celta se caracterizó por hacer un fútbol atractivo y alegre, gracias a la clase y liderato de los jugadores como Mostovoi, Karpin, Gustavo López, Mazinho o Haim Revivo, comandados por la dirección técnica de Víctor Fernández. El Celta se mantuvo en los primeros puestos de la clasificación, con destacadas actuaciones en la Copa de la UEFA ante reconocidos equipos europeos como la Juventus, el Liverpool FC, el Aston Villa o el Benfica.

El Celta tuvo otra vez un encuentro de la final de la Copa del Rey contra el Real Zaragoza con la oportunidad de estrenar en su palmarés una Copa del Rey en el que empezó como favorito. Tras el optimismo inicial con un gol de Alexander Mostovoi, la desesperación se apoderó de los aficionados celestes cuando los aragoneses remontaron y se volvió a repetir el éxito de los aragoneses de 1994.

Una temporada más tarde, Víctor Fernández tomó el final de su carrera en el que el Celta logró practicar un gran fútbol y siempre se clasificaron para disputar competiciones europeas, incluyendo ganar la Copa Intertoto en el 2000 que otorgó al Celta un lugar para la Copa de la UEFA. Miguel Ángel Lotina tomó las riendas del equipo, un entrenador que apostó desde el principio por un fútbol más defensivo, que dio un largo plazo de práctica. Mientras que los aficionados disfrutaron mucho menos en términos de rendimiento, podrían celebrar el logro de disputar la Liga de Campeones después de una temporada en la que el Celta terminó en cuarto lugar en la liga, que se complementa con la conquista del trofeo Zamora al guardameta argentino Pablo Cavallero.

Tanto los aficionados, los jugadores y los directores eran muy optimistas gracias a los resultados. El equipo tuvo un estilo sólido, ordenado y compacto que consistía de jugadores considerados de alta calidad y con experiencia. Debido a todas estas razones, el Celta planea abrir una nueva etapa en su historia, con un proyecto para crecer y ser capaces de comparar lo más posible a los equipos más importantes del fútbol nacional y europeo.

Sin embargo, no se esperaba de los resultados, y comenzaron ya a cabo en los primeros días de la temporada 2003-04 con los malos resultados de no escalonar el proyecto entero. Mientras que la situación en la clasificación era cada vez más preocupante, el equipo respondió en la Liga de Campeones, situándose como segundo en su grupo detrás del AC Milan y sobre el Brujas y el Ajax de Ámsterdam.

A pesar de este éxito, las goleadas humillantes contra su eterno rival, el Deportivo (0-5) y ante la Real Sociedad, un (2-5) dio lugar a una situación insostenible que le costó el trabajo a Miguel Ángel Lotina. El experimentado Radomir Antic fue el reemplazo que, a pesar de sus buenos resultados iniciales que predecían un resurgimiento del equipo, el Celta fue eliminado de la Liga de Campeones contra el Arsenal FC en la segunda ronda. En el partido de ida los celestes perdieron por 2-3 ante los ingleses, que volvieron a ganar en el partido de vuelta jugado en el estadio de Highbury por 2 a 0. Derrota tras derrota, el Celta iba dirigido al pozo de la Segunda División. Superado por la situación, y sin un escaparate de la Champions, Antic renunció. El club, la desesperación y la responsabilidad debe recaer sobre dos hombres en la casa, Ramón Carnero y Rafa Sáez. Este tándem ha obtenido muy buenos resultados, pero, a pesar de todo, no eran suficientes para evitar un descenso inesperado. Los últimos resultados fueron utilizados para mostrar el progreso de un canterano prometedor, Borja Oubiña.

Después del descenso, muchos jugadores que fueron protagonistas en proyectos anteriores causaron pérdidas en el club. En las manos de Fernando Vázquez y un equipo renovado, con jugadores experimentados y canteranos, el Celta se dispuso a tratar de volver a la máxima categoría lo antes posible. A pesar de las fluctuaciones iniciales, el equipo tomó el pulso de la clase y después de una buena segunda vuelta logró un aumento esencial de suspense incluido debido al polémico caso Toni Moral, que causó la pérdida de puntos del Celta por alineación indebida. A su regreso a la Primera División, el Celta tuvo que hacer un cuadro de jugadores con un presupuesto muy bajo. Sin embargo, el equipo dio la talla y desde los primeros días ocupaba la cima de la clasificación, por lo que logró una permanencia matemática y haciendo el inesperado regreso a Europa ocupando el sexto lugar en el final del campeonato obtenido. El éxito es aún mayor si tenemos en cuenta la época del cambio, el Celta ganó en áreas como Santiago Bernabéu, Riazor, Vicente Calderón y el Benito Villamarín (antiguo Estadio Ruiz de Lopera). En la siguiente temporada mantuvo el bloque, como se indicaba en la anterior campaña de Vázquez. El equipo mostró una gran irregularidad tanto en el juego como en los resultados. El brillante comienzo de temporada lejos de Balaídos quedó distanciado en su estadio con una victoria en la etapa de Fernando Vázquez en toda la temporada, lo que llevó a la destitución del entrenador gallego y la contratación del exjugador del FC Barcelona, miembro del Dream Team y Balón de Oro, Hristo Stoichkov. El búlgaro, que sólo tenía experiencia como entrenador de la selección de fútbol de Bulgaria, debutó con una victoria y los aficionados celestes quedaron ilusionados por la lucha de la salvación. Sin embargo, el equipo aprovechó las oportunidades que le valieron para lograr la permanencia, como el partido contra un rival directo por la salvación, la Real Sociedad. A pesar de que mantienen la esperanza de evitar el descenso hasta el último día, manteniendo la capacidad matemática, pero sin depender de sí mismo, es finalmente completado. El Celta ganó 2-1 al Getafe ante un estadio casi lleno, pero no se le dio suficiente la salvación por los triunfos del Athletic Club y el Betis, que logró mantener la categoría.

En la temporada 2007/08 en la Segunda División, el Celta se deshizo de bastantes jugadores del anterior proyecto. Gustavo López no quiso renovar por que el Celta le ofrecía un sueldo muy bajo. En el banquillo continuaría Hristo Stoichkov y se ficharía a un segundo entrenador con experiencia, Antonio López Guerrero. Hubo cambios en la dirección deportiva, se despidió a Félix Carnero y ocuparía su lugar Ramón Martínez, el antiguo director deportivo del Real Madrid.

Con todos los malos resultados al comienzo de la temporada, el 31 de diciembre de 2007, Hristo Stoichkov fue destituido de su cargo, en su lugar vino Juan Ramón López Caro que tampoco obtuvo grandes resultados por lo que fue despedido a tan sólo unas pocas jornadas para que acabara la temporada, ocupando provisionalmente Antonio López Guerrero, el segundo entrenador, que tampoco pudo parar los malos resultados, por lo que fue destituido, quedando el Celta al borde del descenso.

Las últimas jornadas de la competición estuvieron a cargo de Alejandro Menéndez, entrenador del equipo filial, con un único objetivo: Conseguir la salvación matemática, haciendo que en el final de la temporada acabara en decimosexta posición, a dos puntos del descenso. Donde destacó la última jornada, donde se medían en Balaídos con el Deportivo Alavés. Donde cayó derrotado, ofreciendo una mala imagen del club céltico, costándole la categoría al también gallego Racing Club de Ferrol. Donde el presidente del club descendido Isidro Silveira llegó a decir un año después, que el Celta se dejara perder.

La mala temporada del 2007/08, provocó una reestruturación del cuadro de jugadores, como la vuelta de Borja Oubiña, después de estar en el Birmingham City o como la promoción del gallego Iago Aspas, que anotó dos goles frente al Alavés.

En la temporada 2008/09, el Celta haría una muy buena primera vuelta estando en el grupo de aspirantes al ascenso pese a perder los tres primeros encuentros. La segunda vuelta fue verdaderamente, una tremenda cuesta abajo para el equipo, pasando de estar a un punto de los puestos de ascenso a estar varias jornadas en puestos de descenso y salvándose en las últimas jornadas de liga. El mal tramo liguero le costó el puesto a Pepe Murcia, ocupando su lugar Eusebio Sacristán, jugador del Celta entre 1995 y 1997. En la penúltima jornada y gracias a dos tantos del canterano Iago Aspas, el equipo conseguía la permanencia y se salvaba de la desaparición por problemas económicos. En esa temporada también salió a la luz la deuda del club, que aproximadamente ascendía a 69 millones de euros. Gracias a la permanencia se pudo completar la ley concursal. Con lo que se consiguió reducir la deuda menos de la mitad, a 30 millones de euros.

Para preparar la temporada 2009/10, el Celta apuesta por la cantera. Iago Aspas, Toni, Hugo Mallo y Túñez empezarían a tener un gran protagonismo en el primer equipo. Con Eusebio en el banquillo, el club perdería en el primer partido de la temporada contra el Numancia de Soria, empatando los dos próximos partidos y perdiendo otros dos, contra el Córdoba y el Hércules. Este mal inicio lastraría toda la temporada, manteniéndose toda la primera vuelta en los puestos más bajos de la clasificación pero con todo el Celta consiguió remontar puestos y acabando en duodécima posición.
Tras finalizar la no muy exitosa pasada campaña, se anuncia la contratación para la temporada 2010/11 un nuevo entrenador para el club, el catalán Paco Herrera, procedente del Villarreal B.

Llegaron muchas caras nuevas al equipo, como es el caso de De Lucas, David Rodríguez, Joan Tomás o Ander Murillo. Junto a estos jugadores seguirían a ganar protagonismo más jugadores de la cantera como Yoel o Dani Abalo. La temporada del Celta sería excepcional, salvo las tres primeras jornadas que estaba entre los seis primeros. Pero un bajón en las últimas jornadas privaría al equipo de los puestos del ascenso directo, teniendo que luchar en la ronda de los play-offs.

En la primera ronda el rival sería el Granada, ascendido la campaña pasada a la categoría de plata, entrenado por el lucense Fabri González. El partido de ida sería jugado en Balaídos ante 20.341 siareros. El Celta jugaría un buen partido, ganando por 1-0 gracias al gol de Michu en el minuto 77.

Pero el partido de vuelta no sería tan plácido. El tiempo transcurrido entre los dos encuentros no estuvo libre de varias polémicas como el choque entre Iago Aspas y el portero del Granada Roberto. Aunque el Celta luchó por la victoria, un solitario gol de Orellana llevaría al Celta a la tanda de penaltis donde cayó el equipo vigués por 5 goles a 4.

En la temporada 2011/12, Paco Herrera continúa en el banquillo, dando continuidad al proyecto iniciado del año pasado. Se mantuvo el bloque del año pasado, y llegaron Mario Bermejo, Carlos Bellvís, Natxo Insa, Oier y Fabián Orellana, autor del gol del Granada la temporada anterior. El Celta tardaría en arrancar, pero a partir de la temporada 24 ya no bajaría de los tres primeros puestos de la tabla. Esta temporada además, con el descenso del año anterior del Deportivo, se volvería a reeditar el derbi gallego entre coruñeses y vigueses, lo cual no se repetía desde 2007. Finalmente un empate a cero goles en la última jornada en Balaídos ante el Córdoba que favorecía a los dos equipos (tanto al Celta para asegurar el puesto de ascenso directo como al Córdoba para meterse en play-off) por lo que permitió al Celta ocupar la segunda posición el la tabla y certificar su regreso a Primera División.

La alegría por el retorno del Celta a Primera División, hace que aumente el número de abonados hasta 22.500 a cuatro días del inicio de la competición. Confirmada la continuación de Paco Herrera en el banquillo. Los celestes se reforzarían para luchar por conseguir la permanencia en la Primera División de manera cansada. Llegarían Javi Varas, Samuel Llorca, los argentinos Gustavo Cabral y Augusto Fernández, el danés Michael Krohn Dehli y el coreano Park Chu-Young. El gasto total en fichajes sería de 3,45 millones de euros. La liga comenzaría con los celestes fuertes en casa pero con malos resultados de visitantes, manteniéndose en la zona media baja de la tabla. Con todo, con un puñado de malos resultados llevarían al Celta a los puestos de descenso. Esta situación tras perder en Getafe por 3 a 1 llevaría al despido de Paco Herrera y la contratación del toledano Abel Resino. En el mercado de invierno, llegarían nuevos fichajes para reforzar al equipo, el internacional Vadim Demidov procedente del Eintracht Frankfurt, Danijel Pranjić del Sporting de Lisboa y el retorno de Fabián Orellana procedente del Granada, pero esta vez en propiedad por 1,2 millones de euros.

Finalmente se acadó la salvación en la última jornada del campeonato, pese a estar en última posición en la penúltima jornada ganando al Real Valladolid y posteriormente en la última jornada ganando también contra el RCD Español con un gol de Natxo Insa y al ser favorables los resultados de sus rivales, Deportivo de la Coruña, RCD Mallorca y Real Zaragoza que acabaron descendiendo.

Para el inicio de la temporada 2013/14 el club fichó al entrenador asturiano Luis Enrique Martínez, exjugador del Real Sporting de Gijón, Real Madrid y del Fútbol Club Barcelona. En el capítulo de bajas y altas, Iago Aspas fue vendido al Liverpool Football Club por 9 millones de euros por el 90% de su pase. Llegaron jugadores nuevos al equipo como el brasileño Charles Dias, Nolito, Rafa Alcántara, conocido como Rafinha, hijo de Mazinho (exjugador del Celta), Andreu Fontàs, Jon Aurtenetxe, o el regreso de David Rodríguez, Yoel o Jota Peleteiro (aunque este último marcharía cedido al SD Eibar). El equipo mejoró con respecto a la temporada anterior logrando la novena plaza y obteniendo resultados como el 0-5 al Málaga CF o el 2-0 al Real Madrid CF.

En la temporada 2014/15 tras la marcha de Luis Enrique al FC Barcelona llega al banquillo el técnico argentino Eduardo Berizzo, exjugador del Celta entre los años 2001 y 2005. Se ficha procedente del Rayo Vallecano al delantero argentino Joaquín Larrivey, al medio centro defensivo Nemanja Radoja procedente del Vojvodina , al mediapunta chileno Pablo Hernández y a los canteranos del FC Barcelona B Sergi Gómez y Carles Planas. El equipo consigue el mejor arranque de liga de su historia. Sin embargo, a partir de la jornada 11, tras el 0-0 en casa ante el Granada CF, el equipo tiene una racha de diez partidos sin ganar, lo que le aleja de los puestos europeos. Esa temporada se consiguen grandes victorias, como el 0-1 como visitante ante el FC Barcelona, el 2-0 como local ante el Atlético de Madrid o el 0-2 como visitante ante el Deportivo.

El equipo llega a las últimas jornadas con opciones de conseguir la séptima plaza que podría dar acceso a disputar la Europa League, pero una buena racha de resultados del Athletic hace que finalmente el equipo termine octavo, tras vencer por 3-2 ante el RCD Espanyol en la última jornada.

La temporada 2015/16 está marcada con la continuidad de Eduardo Berizzo en el banquillo y los fichajes de Iago Aspas procedente del Sevilla FC, el danés Daniel Wass procedente del Évian Thonon Gaillard FC francés, el agente libre John Guidetti y el serbio Dejan Drazic procedente del OFK Beograd. En el capítulo de bajas, abandonan el club Santi Mina, que ficha por Valencia Club de Fútbol por 10 millones de euros, Krohn-Dehli, que termina contrato y ficha por el Sevilla Fútbol Club, Charles Dias, Joaquín Larrivey, Álex López, que se marcha cedido al Sheffield Wednesday y Borja Oubiña, que se retira y pasa a formar parte del organigrama deportivo del club.

Logros futbolísticos.

  • 1 Copa Intertoto de la UEFA 2000. Título oficial reconocido por UEFA, sólo tres equipos españoles además del Celta (Villareal en dos ocasiones, Málaga y Valencia) lo han ganado.
  • 6 Campeonatos de Galicia (1923/24, 1924/25, 1925/26, 1929/30, 1931/32, 1933/34 ); lo que lo convierte en el equipo que más veces ha obtenido este título. Ha logrado además 7 Subcampeonatos (el Campeonato de Galicia dejó de existir en 1940 con motivo de la supresión de los campeonatos ligueros regionales en favor de la Liga nacional).
  • 3 Subcampeonatos de la Copa del Rey (1947/48, 1993/94, 2000/01).
  • Ha participado una vez en Liga de Campeones, llegando a octavos de final.
  • Ha participado 7 veces en Copa de la UEFA, llegando en tres ocasiones a cuartos de final.

El escudo del Celta mantuvo en un principio un diseño similar a los emblemas de los dos equipos fundadores, el Vigo Sporting y el Real Fortuna, adoptando la corona real sobre un emblema con dos letras “C” blancas de “Club Celta“, con el rojo como color de fondo.

A partir de 1931, ya con el azul celeste como color de fondo, el escudo adoptó la cruz de Santiago.

La leyenda acostumbra decir que el derecho a portarla fue ganado tras disputar y vencer un encuentro ante su eterno rival, el Deportivo de La Coruña. Sin embargo, esta leyenda carece de base real al no haberse encontrado nunca ningún documento que la acredite.

En la actualidad, el escudo del Celta se compone de un emblema azul celeste con dos letras “C” blancas, situado bajo la corona real y sobre la cruz de Santiago.

Descripción heráldica del escudo del Real Club Celta de Vigo: En campo de azur, doble orla de plata abierta a la siniestra que son las iniciales del Club Celta. Al escudo, lleva acolada la Cruz de Santiago de gules. Al timbre, corona real cerrada de oro y pedrería, con ocho florones, visibles cinco.

Este dedal de porcelana del equipo de la ciudad olívica, lo compré en el Bazar Guay, que podemos encontrar en el Mercado da Pedra de la ciudad de Vigo.

(Fecha de adquisición: 28/10/2015)

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