Sigüenza es una ciudad y municipio español perteneciente a la provincia de Guadalajara, en la comunidad autónoma de Castilla La Mancha. Es también la cabeza del partido judicial homónimo y la mayor localidad de la comarca de la Serranía. En 2014 el municipio, que incluye aparte de la ciudad de Sigüenza a 28 pedanías, contaba con una población total de 4.712 habitantes.
A continuación, os voy comentando los monumentos que podemos ver en el dedal y algo sobre ellos:
Catedral de Santa María de Sigüenza.
La Catedral de Sigüenza está dedicada a Santa María la Mayor, patrona de la ciudad de Sigüenza. Tuvo su origen en enero de 1124, cuando el obispo Bernardo de Agén (1080–1152) reconquistó la ciudad a los musulmanes, en tiempos del reinado de Doña Urraca, hija de Alfonso VI. Fue nombrado obispo en 1121 (antes de la conquista del lugar), por el arzobispo de Toledo, Bernardo de Sedirac, de la orden de Cluny, continuando la influencia de esta orden monástica introducida en el Reino de Castilla por Alfonso VI y Alfonso I de Aragón, esposo de la reina castellana. Este obispo consiguió de Alfonso VII (1126-1157) privilegios y donaciones con los que acrecentar la nueva población, unificando los dos poblados: el superior en torno al castillo y el inferior, el mozárabe, en torno al cauce del Henares.
Las obras de la catedral pasaron durante los siglos posteriores por diferentes obispos, que fueron edificando en estilos propios de cada época hasta la nave central realizada en pleno gótico en el siglo XV, en el que se cubrieron las bóvedas del crucero siendo obispo el futuro cardenal Mendoza. La parte ornamental se alargó hasta el siglo XVIII.
Sobre todo en el interior destaca su aspecto gótico, ya que en unas reformas del siglo XVI se destruyeron las absidiolas laterales románicas para construir la girola. Las dos torres exteriores de la fachada principal con merlones dan un aspecto de fortaleza militar a la catedral, como en otros edificios religiosos de la misma época, por las funciones de templo-fortaleza que habían de asumir. La de Sigüenza fue nombrada como la fortis seguntina.
El arzobispo de Toledo Bernardo de Sedirac hizo venir a Bernardo de Agén a su diócesis de Toledo para promoverlo como obispo de Sigüenza. Los dos eran de origen francés y pertenecían a la orden de Cluny. El año 1121 lo nombró obispo de Sigüenza, a pesar de que la ciudad aún estaba bajo el dominio de los almorávides. Bernardo de Agén estuvo algún tiempo acompañando al rey consorte de Castilla Alfonso, marido de la reina Urraca I de Castilla, en unas campañas militares por La Alcarria.
En 1123 o 1124, Bernardo de Agén fue el encargado de reconquistar Sigüenza y reorganizar radicalmente la antigua sede episcopal visigótica; dos documentos del siglo siglo XVI, que se conservan en la catedral, dan como fecha de la reconquista el 22 de enero, pero falta el año. En cambio, el año aparece en otro documento, en una carta de la reina Urraca con fecha del 1 de febrero de 1124 donde se lee:
Quae impietate sarracenorum peccatis exigentibus quadragintis annis et eo amplius destructa atque dessolata funditus estiteram. (“durante cuatrocientos años estuvo destruida y asolada”.)En el documento se reconoce la carencia y la destrucción de la ciudad; además, concede a la iglesia y a su obispo el diezmo de Atienza y Medinaceli. El texto también nombra la reciente posesión de Sigüenza, pero es casi imposible dar como bueno que fuera en el mismo año. En aquella época, en diez días (entre el 22 de enero y el 1 de febrero) no era suficiente tiempo para que la reina tuviera noticia de la reconquista y pudiera responder tan rápidamente.
Bernardo de Agén siguió la reforma del papa Gregorio VII. Al restaurar el obispado estableció el “rito romano” y suprimió el “rito mozárabe”. Durante su largo mandato, de unos treinta años, recibió donaciones del rey Alfonso VII, así como el señorío de la ciudad, ya que la ciudad estaba dividida en dos núcleos: la “Segontia inferior” y, a unos setecientos metros, la “Segontia superior”. Después de la reconquista, la Segontia superior pasó a pertenecer al rey que dio al obispo la inferior. Unos cuantos años después el rey decidió unir ambas partes y formar una única ciudad que pasó al Cabildo catedralicio.
Durante todo este tiempo el obispo sufrió numerosos ataques de los musulmanes. No hay pruebas que fuera él el que empezase la construcción de la catedral y no se sabe con certeza qué edificio cumplió provisionalmente con esta función. Murió en el campo de batalla en el año 1152, sucediéndolo en el obispado su sobrino Pedro Leucate.
La localización y construcción de la primitiva catedral es controvertida y difícil de demostrar.
Prevalecen diferentes teorías: una de ellas se basa en un documento del 16 de septiembre de 1138, en el que el rey Alfonso VII otorga una “donación” del terreno donde la iglesia episcopal “ha sido fundada”. En 1899, Pérez Villamil, apoyándose en este documento, dejó escrito que para la reedificación de una iglesia anterior no hacía falta una donación del rey, porque ya era “terreno sagrado”. Por esto, defendió el hecho de que la catedral fuera de nueva planta, en el terreno donde se encuentra en la actual, aunque de proporciones más pequeñas.
Según un documento de 1144, se dice que Bernardo de Agén reedifica “con doble muro y torre” una primitiva catedral, posiblemente sobre los restos de una antigua iglesia visigoda o mozárabe: Santa María Antiquíssima. Esta hipótesis la defiende Múñoz Párraga creyendo que esta reedificación se hizo en el mismo lugar donde se encuentra la actual catedral.
Explica Severiano Sardina que Bernardo de Agén hizo construir dos pequeñas iglesias en la Sigüenza superior y reedificó otra, que se utilizó como catedral. Esta primera catedral pudo estar construida donde hoy se levanta la iglesia de Nuestra Señora de los Huertos (las Clarisas), situada en la Alameda de Sigüenza.
El templo románico tenía una planta de tres naves y una cabecera con cinco ábsides escalonados desde los laterales hasta el central mucho mayor. En ambos lados de la fachada había dos torres de defensa. El segundo obispo Pedro de Leucate (1154-1156) —también de origen francés y sobrino del anterior— es con el que realmente comienzan las obras de la nueva catedral con proyectos de maestros del Languedoc, que siguieron las directrices de la orden de Cluny, ya introducidas en el país. La construcción empezó por la cabecera, los cimientos de los muros y las torres. Durante los años del mandato del siguiente obispo Cerebruno (1156-1167), natural de Poitiers, se dio un gran impulso a las obras, cerrando las naves del crucero. Con el cuarto obispo Joscelmo (1168-1177), al llegar la construcción al crucero y a su nave transversal, el 19 de junio de 1169 quedó abierta al culto; de esto da fe un crismón en el tímpano de la puerta de la torre del Gallo, que indica que las obras habrían llegado a esta parte del transepto. Los cinco altares de los ábsides estaban ya consagrados a finales del siglo XII, para seguir con la norma de la época de que al menos cinco canonges pudieran decir misa individualmente.
En la época del obispo Arderico (1178-1184) el cabildo catedralicio se trasladó a las dependencias habitables del claustro. Fray Martín de Finojosa (1185-1192), monje cisterciense y abad del monasterio de Santa María de Huerta, influyó lógicamente en el estilo de la construcción, cambiando el estilo románico por el protogótico. Durante el siglo XIII, el obispo Rodrigo (1192-1221) construyó el muro de la fachada principal y los cuerpos inferiores de las torres. Se realizaron las tres puertas románicas de la fachada que corresponden a las tres naves del edificio y los ventanales con arquivoltas y columnas de capitels con ornamentación vegetal. El rosetón del lado meridional del crucero está realizado con adornos de arquillos y círculos y es obra del siglo XIII.
La nave central es del siglo XIV y ya con estilo gótico y el rosetón de la fachada principal, del siglo XV, está rodeado por diversas molduras en degradación, con una cenefa en la parte más exterior de “puntas de diamante”. En este siglo XV fue el cardenal Mendoza el que se hizo cargo de las obras, cubriendo las bóvedas del crucero y reformando las del presbiterio. En el siguiente siglo XVI, la obra más importante fue la girola, que para su realización hizo falta demoler una parte de la cabecera románica, con lo que desaparecieron las absidiolas.
Durante la Guerra Civil española, la catedral sufrió graves destrozos en el año 1936, así que años más tarde se realizaron reformas con una importante transformación del edificio, ya que se construyó, entre otras cosas, un gran cimborio en la parte del crucero. Desde 1943 hasta 1949, inclusive, el escultor segoviano Florentino Trapero llevó a cabo, como escultor-jefe, la restauración de todas las esculturas dañadas.
Doncel de Sigüenza.
Martín Vázquez de Arce, el Doncel de Sigüenza, (1461 – Granada, julio de 1486) fue un aristócrata y militar castellano del siglo XV.
No se conoce su lugar de nacimiento, pero sí las circunstancias de su muerte durante la Guerra de Granada, en la acción militar de la Acequia Gorda de la vega de Granada, en 1486. Se ha convertido en una figura romántica por el aspecto sereno y meditabundo de su excepcional sepulcro en la catedral de Sigüenza, una de las joyas de la estatuaria fúnebre de todos los tiempos y símbolo de la ciudad.
Su padre fue secretario personal de la familia de Mendoza, residiendo en la ciudad de Guadalajara, donde Martín se convirtió en paje del primer Duque del Infantado. Tuvo una hija, de nombre Ana.
Se encuentra enterrado en la catedral de Sigüenza. Su sepulcro es una de las principales esculturas del gótico en España.
Plaza Mayor de Sigüenza.
De estilo renacentista, mandada construir por el Cardenal Mendoza, donde se sitúa el Palacio Municipal, con patio renacentista.
Castillo de Sigüenza.
El castillo de los Obispos de Sigüenza es un palacio-fortaleza situado en el municipio español de Sigüenza (Guadalajara). Fue erigido en el primer cuarto del siglo XII sobre otro anterior musulmán.
Sufrió reformas en los siglos XIV, XV, XVI y XVIII, y fue parcialmente destruido en el siglo XIX, en el año 1811 y durante las guerras carlistas, y en el siglo XX, durante la guerra civil (1936 y 1939), lo que obligó a una restauración casi total siguiendo los planos y documentos antiguos. Actualmente es el Parador Nacional de Turismo.
(Fecha de adquisición: 27/09/2015)
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